4 preguntas clave sobre la otitis externa
La otitis es una enfermedad infecciosa que puede afectar a diferentes partes del oído (externo, medio o interno), produciendo inflamación. Cuando la otitis afecta al oído externo (desde la oreja o pabellón externo hasta la membrana del tímpano), se denomina otitis externa o del nadador.
¿Cuáles son las causas de la otitis externa?
Este tipo de otitis suele afectar tanto a niños como adultos, principalmente a los que pasan mucho tiempo en el agua, como los que frecuentan la natación o los que van mucho a la playa o a la piscina en verano, motivo por el cual también se denomina otitis del nadador.
Así pues, el exceso de humedad en el oído puede irritarlo y abrirle la piel, de modo que facilita la entrada de bacterias u hongos. No obstante, hay otros factores que pueden causar la otitis externa aparte del agua, como la piel seca, un eczema, limpiarse el oído con bastoncillos de algodón o rascárselo con algún instrumento.
¿Qué síntomas presenta la otitis externa?
La otitis externa puede detectarse por uno o varios síntomas:
- Picor en la oreja
- Dolor de oreja al tragar o tocarla
- Sensación de oído taponado
- Inflamación de los ganglios de alrededor
- Hinchazón en la cara y supuración del oído (en los casos más severos)
En el caso de notar alguno de estos síntomas, es importante visitar al especialista en Otorrinolaringología para evitar cualquier complicación.
¿Cómo se puede prevenir la otitis externa?
Después de cada baño, es recomendable secarse los oídos con cuidado, con una toalla e inclinando la cabeza hacia los dos lados para que el agua salga del oído. También es muy importante evitar el uso de bastoncillos para limpiar el oído, ya que son muy perjudiciales. En el caso de utilizarlos, se debe limpiar sólo la oreja o pabellón auricular, nunca los oídos, y solamente para quitar los restos de cerumen que hayan salido al exterior.
¿Qué tratamiento requiere la otitis externa?
Una vez detectada la enfermedad, el método principal para solucionarla es la aplicación de gotas antibióticas durante 7-10 días o un antibiótico oral en los casos más severos. Por supuesto, es vital seguir a rajatabla los consejos del especialista para que así se cure del todo.