5 puntos clave sobre el asma
El asma es una enfermedad crónica que provoca la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias. Este estrechamiento puede ser reversible en los casos leves, pero en muchos casos suele ser permanente.
Esta enfermedad respiratoria puede desarrollarse a cualquier edad, así que afecta tanto a niños como a adultos. De hecho, el asma es la primera enfermedad crónica en niños y está aumentando su incidencia en la población adulta.
Causas del asma
Aunque las causas del asma aún no son definitivas, las principales que se consideran son:
- Genética: varios genes, como aquellos relacionados con las alergias, están asociadas a un aumento del riesgo del asma. El asma tiene una importante predisposición genética, aunque se transmite de forma muy compleja a través de la atopía (forma en que el organismo se defiende de los antígenos).
- Entorno: algunos factores del medio ambiente, como sustancias alergénicas o la contaminación, pueden provocar ataques de asma. Esto se explica porque las vías respiratorias responden de forma exagerada a una gran variedad de estímulos.
- Otros factores: la infección de las vías respiratorias, el aire frío y el ejercicio físico pueden provocar crisis de asma. Así pues, el mejor método para prevenir es asma es evitar el contacto con las causas que lo producen, especialmente las de naturaleza alérgica (polen, animales de compañía, ácaros, etc.). También se recomienda evitar infecciones virales o bacterianas, ya que son causas desencadenantes de crisis de asma.
Síntomas del asma
Los principales síntomas por los que los pacientes acuden al especialista en Neumología por sospechas de asma son:
- Tos seca y pertinaz por las mañanas o durante un ejercicio
- Sensación de opresión en el pecho
- Sensación de falta de aire al correr
- Silbidos en el pecho durante el resfriado
Complicaciones del asma
Aunque el asma suele ser controlable, en algunas ocasiones puede ser especialmente difícil, llamada grave o de riesgo. En estos casos, los controles médicos deben ser más estrictos y la consulta debe tener un servicio de urgencias cercano por si la enfermedad no mejora en la forma y con la rapidez que se preveía.
Algunos pacientes asmáticos pueden sufrir ataques de asma graves, que pueden incluso llegar a ser letales. Se estima que en el mundo 180.000 personas al año mueren a causa del asma. La mayoría de muertes por asma se dan en personas mayores de 45 años y, dentro de este grupo, el 40% tienen 75 o más años.
Cómo diagnosticar el asma
Para diagnosticar el asma, se necesita una serie de pruebas que van de las más superficiales a las más concretas en función de los datos que se obtienen:
- Espirometría: determina si existe una obstrucción al paso del aire en las vías respiratorias.
- Broncodilatador en aerosol: se administra este instrumento y se repite la espirometría. Se utiliza para averiguar si la obstrucción es reversible o no.
- Prueba de provocación bronquial: el paciente inhala una sustancia que actúa como broncoconstrictora para ver cómo reacciona.
- Medición de la inflamación: si el centro dispone del equipamiento para medir la concentración de óxido nítrico y número de eosinófilos en la saliva, estas pruebas también pueden ser de ayuda.
- Pruebas complementarias: se emplean para descartar otras enfermedades. Las pruebas más realizadas son análisis de sangre, radiografía de tórax y pruebas alérgicas cutáneas.
Tratamiento del asma
El tratamiento del asma que siempre se ha realizado en Neumología es farmacológico, y puede ser de varios tipos:
- Broncodilatadores: consiste administrar broncodilatadores inhalados de acción rápida con el objetivo de relajar las vías respiratorias y aliviar los síntomas de dificultades respiratorias y sibilantes.
- Corticoesteroides inhalados: se administran normalmente en régimen diario para controlar la inflamación de las vías respiratorias, normalmente en régimen diario.
- Tratamiento combinado: consiste en administrar broncodilatadores en combinación con corticoesteroides. Se emplea en los casos de asma más grave.
Con el tratamiento adecuado, se puede llegar a una mejora de los síntomas (el 5% de los pacientes no tienen suficiente con el tratamiento para controlar los síntomas).
Es conocido que más del 50% de los pacientes siguen sin un control efectivo de su enfermedad, y como hay un grupo de pacientes con asma grave en los que, a pesar de utilizar el arsenal terapéutico disponible no se consigue el control. Esto subraya la necesidad de disponer de nuevas terapias y de definir el perfil del paciente en el que puedan ser más efectivas. En este sentido se disponen de nuevas terapias, entre las que destacan:
- Termoplastia bronquial: consiste en aplicar calor generado por radiofrecuencia mediante un catéter que se introduce en el árbol bronquial con broncoscopia flexible, para reducir la cantidad y contractilidad del músculo liso mejorando el remodelado bronquial y el broncoespasmo.
- Terapias biológicas y anticuerpos monoclonales