A cada edad, el retoque oportuno

A cada edad, el retoque oportuno

Top Doctors
Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 04/06/2019

Los años quedan marcados en nuestro rostro, desde la pubertad hasta la menopausia o andropausia van apareciendo distintos problemas, pero hay que saber que cada uno de ellos tiene una solución. 

A los 30 años

Cuando llegamos a los 30 años arrastramos los signos del acné y sus marcas, y ya empiezan a aparecer las primeras manchas y arrugas incipientes. En este momento hay que realizar peelings superficiales y medios para tratar la grasa facial sino que también podemos atenuar las marcas con máscaras despigmentantes. Puede ser también un buen momento para tratamientos preventivos leves o aplicar cosmética específica contra los primeros signos del envejecimiento en nuestro rostro.

Estamos ya en la edad adulta, y quizá aquel tatuaje que nos hicimos a los 18 años, ya no nos resulte muy apropiado o, si es muy visible, simplemente nos influya a la hora de ser contratados, ante esta problemática hay una solución: en varias sesiones podemos deshacernos de él con el láser Q-Switched. 

Otro de los problemas que puede aparecer es la sudoración excesiva, de hecho puede aparecer a cualquier edad, y también es un inconveniente a la hora de relacionarse socialmente. En este caso, la solución es la toxina botulínica.

Por último, el vello no está de moda y la mejor inversión es el láser de depilación ya que en cuestión de varias sesiones desaparece el problema.

A los 40 años

Cuando empieza la deshidratación administramos microinyecciones de ácido hialurónico y vitaminas para aportar agua y conseguir más tersura, en este momento aparecen las primeras arrugas y los surcos nasogenianos y comienza la caída de los pómulos. Para combatir estos problemas recurrimos al ácido hialurónico. En el caso de querer corregir las arrugas de expresión, la toxina botulinica (“Botox”) es una buena elección y, a esta edad, el tratamiento de Bioestimulación con PRP (plasma rico en plaquetas) nos ofrece una verdadera regeneración del colágeno tipo III, consiguiendo a través de nuestro propio plasma un intenso proceso de rejuvenecimiento cutáneo interno con unos resultados excelentes.

Y a los 50 años

Al cumplir los 50 es el momento de atacar el fotoenvejecimiento y la flaccidez en cara, cuello, escote y manos realizando tratamientos combinados de peelings, láser, rellenos y microinyecciones tensoras que cierran el poro y disminuyen arrugas y flaccidez, así como la colocación de hilos subcutáneos reabsorbibles para el problema de la caída de pómulos. Cabe señalar que la carencia hormonal es culpable de que los labios se vayan retrayendo, volviéndose más finos y poco perfilados. Pero para esto también tenemos solución ya que los podemos redefinir y hacer más turgentes con infiltraciones de ácido hialurónico o gel de poliacridamida.

Cirugía Plástica, Estética y Reparadora