Abordar la depresión: importancia de la ayuda psiquiátrica y familiar
La depresión es una enfermedad incluida dentro de los llamados trastornos afectivos. En su variante más agravada existe el trastorno depresivo mayor, caracterizado por tristeza, desgana, falta de energía o cansancio, ideas con tono pesimista, baja autoestima, sentimientos de culpa y puede haber pensamientos de querer morir. Sus causas son múltiples pero, de acuerdo a la teoría con que se aborda, se considera que un déficit de serotonina o catecolaminas a nivel del espacio sináptico puede ser el principal motivo.
También se incluyen las situaciones de pérdida, que son significativas para cada persona. A cada individuo le genera una sensación distinta el hecho de perder un trabajo, un familiar, o incluso una mascota. Se diferencia del duelo en tanto que el segundo es una reacción normal y necesaria ante una pérdida, aunque pueda haber manifestaciones similares, pero sin ideación de muerte o suicidio. Además, existe otro cuadro llamado distimia, de menor intensidad. No obstante, el paciente siente que se tiene que esforzar para mantener sus actividades. Una característica que también define la depresión es la incapacidad para disfrutar y para sentir placer.
Cómo diagnosticar la depresión
Como suele ocurrir en salud mental, es habitual postergar la consulta, pues se considera que es algo pasajero. Y a veces lo es, pero también porque, en ciertas familias o grupos, la depresión es considerada como una debilidad o hay mucho miedo a que a uno le cataloguen de enfermo. Es habitual cuando un profesional define el cuadro como depresión que haya pacientes que se sientan molestos. En cambio, en otros es un alivio porque le pueden poner nombre a algo que no sabían que era pero que los limitaba en su vida diaria.
Cómo tratar la depresión
El especialista en Psiquiatría debe diferenciar la gravedad del cuadro para intervenir de manera adecuada con psicofármacos, con psicoterapia o con una combinación de ambos. Los fármacos que se usan son los antidepresivos, y la psicoterapia permite que el paciente recupere sus capacidades y su autoestima, en un marco de escucha y comprensión de las razones que intervinieron para desencadenar el cuadro. Muchas veces se trata de situaciones que ocurrieron en el pasado y que quedaron silenciadas y, en la actualidad, el paciente encuentra el modo de exteriorizarlas y tratarlas.
Lo que frecuentemente ocurre es que el paciente sale del episodio depresivo con un aprendizaje sobre su situación y de sus propios recursos para afrontar las complicaciones de la vida. En los casos más graves, los tratamientos deben ser más intensivos y existe peligro de recaída en caso de abandono.
¿Cómo debe actuar el entorno de un paciente con depresión?
Los familiares necesitan tener comprensión con un paciente con depresión. No es fácil y requiere de un gran esfuerzo porque su pariente a menudo no se deja ayudar.
Lo que se sugiere es estar muy atentos por las ideas sobre la muerte que pueda tener el paciente. Por otro lado, se recomienda tener una actitud de ternura y firmeza, para que aquél que padece depresión pueda sentir un marco de seguridad donde apoyarse. Muchas veces los familiares se cansan y se enfadan por lo que sienten como poca voluntad del paciente, cuando en realidad no es que no quiera, sino que no puede.
La depresión puede durar meses o años con intermitencias o períodos intercríticos, más o menos prolongados en casos graves.