Acabar con la hiperhidrosis para un verano sin sudor
Un 3% de la población española sufre hiperhidrosis o, lo que es lo mismo, exceso de sudor, problema que se agrava en verano. Para la hiperhidrosis afortunadamente ya existe una solución: el conocido botox. Esta sustancia no sólo sirve para acabar con las arrugas sino que también puede normalizar la actividad de las glándulas sudoríparas. Eliminando así ese sudor excesivo tan molesto e inoportuno.
La denominada hiperhidrosis es un trastorno poco conocido pero mucho más frecuente de lo que se cree y, aunque suele ser subestimado u ocultado, puede llevar a deteriorar la vida de aquellos que lo sufren.
La toxina botulínica es la solución para la hiperhidrosis, ya que sus efectos permiten relajar la actividad de las glándulas sudoríparas, disminuyendo así la aparición de sudor en la zona tratada.
En nuestro centro realizamos esta técnica previa aplicación de anestesia local tópica o con crioanestesia (que es mediante refrigeración) en la zona de las axilas. Aunque cabe aclarar que cuando se tienen que tratar las manos (hiperhidrosis palmar) y los pies, como son zonas más sensibles, se realiza el procedimiento con una anestesia troncular.
Infiltraciones de toxina botulínica
El segundo paso es la infiltración de la toxina botulínica. El botox se infiltra subcutáneamente en diferentes puntos de las palmas de las manos, axilas y plantas de los pies, según el caso y sus necesidades. El paciente empezará a notar una disminución de la sudoración entre el cuarto y el séptimo día, llegando a un efecto máximo al cabo de quince días de haberse sometido a esta técnica para acabar con la hiperhidrosis. El efecto del tratamiento dura entre siete y diez meses según el metabolismo de cada persona.
Este tratamiento consigue unos resultados espectaculares, en un tiempo mínimo y con una larga duración. Por ello, los pacientes que se han tratado repiten el procedimiento ya que es un tratamiento sencillo que les cambia la vida.