Aneurisma de aorta: cómo detectarlos y tratarlos
Un aneurisma de aorta es una dilatación mantenida en el tiempo y localizada en una zona concreta de la arteria aorta. La dilatación del diámetro aórtico debe ser de al menos un 50% superior al esperado por el género o la talla del paciente o al observado en sectores inmediatamente limítrofes (por encima o por debajo). La arteria aorta es la principal vía de transporte de sangre del cuerpo humano. De ella salen ramas que van a los principales órganos, su flujo y presión es muy alto por lo que su ruptura supone una situación catastrófica para quien la padece.
La dilatación de esta “Gran tubería” del cuerpo lleva consigo la debilitación de su pared y por lo tanto la posibilidad de que se rompa. Existe un acuerdo estadístico en que el riesgo de la ruptura comienza a ser importante a partir de 6 cms en los aneurismas de aorta torácica y a partir de 5,5 cms en los de aorta abdominal.
Aparecen más frecuentemente en hombres, a partir de los 50 años y con los factores de riesgo cardiovascular habituales casi siempre presentes: tabaco, hipertensión, hipercolesterolemia.
Detección y diagnóstico del aneurisma de aorta
Nunca se debe olvidar la exploración física que incluya la palpación abdominal en los pacientes pertenecientes a la población de riesgo pero la ecografía es la prueba que ofrece el mejor rendimiento a la hora de detectarlos y medirlos. Si el aneurisma no tiene un tamaño que sobrepase los límites, el paciente debe someterse a un seguimiento periódico que evalúe su evolución y la posible necesidad de intervención para evitar su ruptura.
En el caso de que se detecten con un tamaño que ya cumpla criterios de tratamiento deben ser valorados mediante Tomografía Axial Computerizada (TAC) para establecer con precisión sus medidas y las de los sectores sanos limítrofes con el fin de establecer la mejor estrategia de tratamiento.
Cómo tratar los aneurismas de aorta
Detectados a tiempo y con la pared intacta, existen dos grandes posibilidades:
1.-Cirugía convencional: en la que se recambia el sector afectado por una prótesis de material sintético suturando éste a las zonas proximal y distal sanas, con calibre normal. Requiere una cirugía abierta, agresiva, pero de resultados muy buenos a largo plazo.
2.-Cirugía endovascular: accediendo generalmente a través de la arteria femoral se introduce en la aorta un dispositivo que despliega un stent (un muelle metálico recubierto de prótesis) que se apoyará en las zonas sanas proximales y distales a la dilatación evitando que el flujo rompa la pared debilitada. Es un procedimiento mucho menos agresivo, más indicado en pacientes de alto riesgo o edad avanzada, aunque su durabilidad no está aún suficientemente contrastada.
Si el aneurisma está roto y se produce una situación clínica extremadamente grave se mantienen las dos opciones pero la cirugía abierta está probablemente más indicada, aunque dependerá de múltiples circunstancias clínicas .