Ansiedad y ataques de pánico
La ansiedad es una reacción psicológica y física a una situación que provoca miedo porque supone una amenaza o un peligro. Esa amenaza no es siempre real, a veces puede ser imaginada o considerada más grande de lo que en realidad es.
Se trata de una respuesta que en algunas situaciones puede ser muy saludable, por ejemplo, si la reacción nos va a ayudar a huir o a defendernos de un peligro. Sin embargo, hay personas que sufren de ansiedad crónica, y estos "síntomas" (tensión muscular, palpitaciones, sensación de miedo, anticipación, aprensión, predicciones catastróficas, etc.), les invade ante situaciones que no suponen un auténtico peligro para su integridad física o psíquica.
Tipos de ansiedad
La ansiedad se puede manifestar de muchos modos diferenciados en Psiquiatría. Por ejemplo, la ansiedad social, la agorafobia (ansiedad en espacios abiertos), la claustrofobia (ansiedad en espacios cerrados), la hipocondriasis (ansiedad sobre la salud). Pero también puede aparecer en forma de ansiedad generalizada sin desencadenante aparente o como ataques de pánico.
- La ansiedad social: es la típica ansiedad del tímido. Las interacciones sociales pueden ser muy divertidas pero a veces también pueden traer ciertos riesgos. Cierto grado de ansiedad cuando conocemos a alguien nuevo es natural y denota un buen instinto de supervivencia. El que siempre está demasiado relajado ante extraños, puede terminar exponiéndose a peligros innecesarios. Sin embargo, aquellos que sufren de ansiedad social, suelen percibir el peligro de modo exagerado y reaccionan ante situaciones que no son de por sí peligrosas. Como en todo, se trata de tener un equilibro y de conseguir determinar más o menos de modo realista hasta qué punto nos exponemos y cuáles son nuestras vulnerabilidades ante diferentes situaciones sociales. No es lo mismo tener ansiedad social, que ser precavido. Un adolescente puede decidir no salir con sus amigos porque siempre terminan bebiendo mucho y metiéndose en líos. Sin embargo, si la vida social de una persona se queda muy restringida por sus miedos y le hace sentirse infeliz, este es el punto en el que sabemos que ese equilibro se ha perdido y es el momento de pedir ayuda.
Lo mismo pasa con los otros tipos de ansiedad. Cierta ansiedad sobre nuestra salud nos hará ver e identificar los signos de alarma y acudir al médico. Sin embargo, hay personas que pasan gran parte del día preocupándose por su salud e imaginándose posibles enfermedades. Cuando acuden al médico se encuentra nada anormal y generalmente les mandan a casa. Algunos médicos son conscientes del sufrimiento emocional de estas personas y no les mandan a casa sino a un psicoterapeuta. La ansiedad puede ser un problema de por sí y hay que tratarlo.
Ataques de pánico
Los ataques de pánico son episodios de ansiedad severa. Los síntomas son tan intensos que pueden dar mucho miedo. Generalmente, la persona que sufre un ataque de pánico se congela y no puede reaccionar.
Síntomas del ataque de pánico
Los síntomas físicos de un ataque de pánico pueden ser taquicardia, dificultad para respirar, respiración superficial (también se le llama hiperventilación), dolores musculares, dolor de pecho, mareos, visión borrosa, náuseas y/o vómitos entre otros. Estos signos, muy a menudo, se interpretan como alarmantes, pues pueden recordar a enfermedades muy serias como un infarto o un accidente cerebral.
El miedo a que los síntomas sean debidos a enfermedades físicas graves a menudo agrava el estado de ansiedad. Este es un síntoma psicológico del ataque de pánico. Otros síntomas psicológicos y cognitivos son preocupación, predicciones catastróficas (me voy a morir, me voy a desmayar, voy a hacer el ridículo, me voy a quedar así para siempre...), falta de concentración, incapacidad para pensar claramente, desorientación, etc. Aunque es cierto que esos estados de ansiedad son muy estresantes y que el estrés (sobre todo si es crónico) no es bueno para nadie, lo cierto es que un ataque de pánico no suele tener graves consecuencias y termina finalizando por sí solo después de unos minutos.
Qué hacer en caso de ataque de pánico
Hay técnicas para ayudarse a uno mismo a salir de un ataque de pánico. Estas ayudas se basan en que la ansiedad de estos ataques se retro alimentan solas.
- Control de la respiración. Respiraciones profundas y calmadas generalmente traen un estado mental de calma.
- Relajación muscular mediante el "Body Scan" (relajación gradual y por pasos de todos los músculos del cuerpo) Otros ejercicios de relajación muscular, algunos tan fáciles que se pueden practicar cuando vas sentado en el metro.
- Distracción. Puede ayudar a centrarnos en otras cosas a parte de los miedos.
Muy a menudo, uno aprende que no hay nada que temer mediante solo esperar y ver cómo el ataque de pánico desaparece. Esto hace que el ataque de pánico no se interprete como algo con potencial catastrófico y por lo tanto parar su retro-alimentacion desde el principio.
Para mantener una mente saludable es crucial saber cómo cuidarnos pero también saber cuándo pedir ayuda. Hay muchas maneras de ayudar a una persona con su ansiedad. A veces basta con unas pocas pautas y consejos sobre cómo manejarla aunque otras veces es necesario investigar cuáles son sus raíces y entenderlas. No olvidemos que hasta nuestros miedos más irracionales tienen un sentido en algún lugar de nuestra mente y que muy a menudo encontrar ese sentido es esencial para su curación.