Antes y después de un tratamiento láser de rosácea
La rosácea es una dermatosis crónica que afecta al 10% de la población. Las mujeres de piel clara tienen mayor predisposición a padecerla. No es una enfermedad grave pero tiene un componente estético que puede suponer una importante carga emocional.
Causas de la rosácea
Las causas de la rosácea no están claras pero se han demostrado diversos desencadenantes como los cambios extremos de temperatura, la ingesta en exceso de alimentos picantes, de chocolate o de salsa de soja, el consumo de alcohol, las situaciones de mayor estrés emocional, el ejercicio físico, etc.
Síntomas de la rosácea
La rosácea afecta sobre todo al rostro, a zonas centrales de frente, mejillas, mentón y nariz. También pueden darse lesiones en orejas, cuello, parte superior del tronco y cuero cabelludo; sin embargo, esta afectación es menos corriente.
Tratamiento láser de la rosácea
Actualmente ninguno de los tratamientos disponibles (tópico, sístemico y láser) están considerados como curativos. La finalidad de la terapia será disminuir la sintomatología, alargar los periodos intercrisis y mejorar el aspecto estético.
El tratamiento con láser es especialmente útil en el tratamiento de la rosácea eritemato-telangiectásica ya que mejora de manera eficaz el componente vascular de la rosácea, reduciendo el eritema difuso, las telangiectasias y la incidencia de nuevos brotes de rosácea.
El láser más adecuado para tratar la rosácea es el láser de colorante pulsado (PDL - pulsed dye láser). Dentro de los láseres vasculares pueden utilizarse láseres menos selectivos como el láser KTP 532nm, láser Nd:YAG 1.064nm y la luz pulsada intensa. Para las formas fimatosis puede utilizarse el láser de CO2 que se absorbe por el agua y nos permite destruir con precisión el tejido exuberante.