Aplicaciones y efectos del botox: la estética del presente
¿Qué zonas se pueden tratar con el botox?
En medicina estética, el botox es sin duda uno de los tratamientos estrella. De hecho, “botox” es una marca comercial, pero todos los pacientes conocen el tratamiento por este nombre, y nadie pide un procedimiento de toxina botulínica. Esta toxina está indicada para atenuar las arrugas en la frente, el entrecejo y las patas de gallo. No obstante, también nos permite modificar ligeramente la posición de las cejas, elevando ligeramente su posición, aportando luminosidad y haciendo más atractiva la mirada.
A su vez, otra de las aplicaciones del botox es el tratamiento de la excesiva sudoración (hiperdrosis) en las palmas de las manos, en la de los pies o en las axilas, dejando excelentes resultados.
¿En qué consiste el tratamiento con botox? ¿Cuáles son sus efectos?
El tratamiento con botox es un tratamiento rápido, ya que el paciente no dura más de veinte minutos en la consulta. Se trata de un tratamiento sencillo y prácticamente indoloro, en el que no se requiere la utilización de anestesia.
Los efectos del tratamiento con botox son visibles en torno a dos o tres días después de someterse al procedimiento, y su durabilidad varía entre los cuatro y los seis meses, por lo que se recomienda someterse al tratamiento unas dos veces al año.
Se recomienda iniciar este tratamiento a edades cada vez más tempranas, ya que el botox incluye efecto preventivo, pasando entonces a tener que utilizar menos cantidad de producto y prolongándose sus efectos durante más tiempo.
No obstante, lo que debe quedar claro es que el tratamiento tiene que ser realizado por especialistas en Medicina Estética cualificados que utilicen un producto de buena calidad, lo que ahorrará contratiempos inesperados.