Aspectos a tener en cuenta ante una artroscopia de rodilla
La artroscopia de rodilla es una exploración visual mediante sistemas ópticos fáciles de manejar con fines diagnósticos y terapéuticos. Se trata de una técnica mínimamente invasiva que ha desplazado a la artrotomia de la rodilla.
La primera visualización de rodilla referida se remonta a 1918 por Takagi, a Bircher en 1921 (siendo mediante un endoscopio), hasta que en los años sesenta se implantó el artroscopio como instrumental a realizar la técnica artroscópica.
En la actualidad, los especialistas en Traumatología realizan artroscopias en casi todas las articulaciones, pero donde más se realizan es en rodilla y hombro.
Aplicaciones de la artroscopia de rodilla
Las patologías a tratar con artroscopia en la rodilla han tenido un amplio desarrollo en la última década gracias al aporte y desarrollo de instrumental accesorio más sofisticado técnicamente, que ha permitido realizar un primer tiempo diagnóstico, y a continuación un tiempo quirúrgico reparador.
La patología a tratar con artroscopia abarca todas las estructuras que forman parte de la rodilla:
- Meniscos –roturas – reparación con suturas –trasplantes meniscales.
- Ligamentos – roturas con creación de plastias ligamentosas.
- Sinovial –biopsias con fines diagnósticos y evacuación derrames sinoviales y sinovectomias.
- Cartílagos – tratamiento regenerativos por desgaste y roturas de cartílago.
- Óseos- reparación de fracturas de fémur y rodilla intra articulares.
Ventajas de la artroscopia de rodilla
Las ventajas que tiene el paciente con la artroscopia de rodilla se basan en:
- Fiabilidad diagnóstica de los dolores de rodilla frente a pruebas diagnósticas radiológicas, TAC, resonancia…
- Menor dolor post operatorio ante heridas puntiformes.
- Realizar movimientos de rodilla precozmente.
- Menor estancia hospitalaria.
- Menos índice de infección.
Recomendaciones para la artroscopia de rodilla
- Movilización rápida de la rodilla en las primeras 24 horas y, si fuera necesario, inmovilización temporal de 2 a 3 días, pudiendo mover tobillo, cadera y dedos del pie.
- Usar dos muletas bien para andar o para descargar.
- Tratamiento antitrombótico bien oral o subcutáneo.
- En lesiones cartilaginosas y ligamentosa –descarga (no apoyar el miembro inferior intervenido) según prescripción de su traumatólogo.
- Rehabilitación asistida para potenciar cuádriceps y ganar arco movilidad rodilla.