Biofeedback anal en adultos para mejorar el funcionamiento intestinal
El Biofeedback anal se basa en la monitorización nanométrica de las presiones de la zona ano-rectal, y se trata de uno de los tratamientos más sencillos y eficaces de la mencionada zona.
¿Cuándo se recomienda el Biofeedback anal?
Las principales indicaciones del Biofeedback anal son el estreñimiento y la incontinencia. Esto se debe a una incapacidad para expulsar las heces, es decir, un bloqueo distal del bolo fecal por la contracción del esfínter anal externo en lugar de la relajación del mismo.
En los diferentes y diversos estudios realizados, se observan buenos resultados en un 75% de los casos de incontinencia fecal y en la disinergia de la defecación, un trastorno en el que el ano se contrae y se cierra en lugar de abrirse, impidiendo así la salida de las heces.
¿En qué consiste el Biofeedback anal?
Durante la prueba, el paciente se encuentra en decúbito lateral izquierdo, y visualiza un monitor que indica la presión rectal y la de la musculatura del esfínter externo. Estas líneas de presión se pueden modificar después de una explicación de la fisiología de la zona, y una serie de ejercicios que se han de hacer de manera continuada.
La mecánica del proceso es muy similar al de la incontinencia urinaria.
Cada sesión dura en torno a veinte minutos o media hora, y una vez realizada por el especialista en Aparato Digestivo, el paciente recibe un diario de seguimiento de síntomas y una lista con una serie de ejercicios que deberá realizar de manera autónoma hasta la siguiente sesión. Pueden ser necesarias hasta cuatro o cinco sesiones de refuerzo, que se realizarán cada cuatro o seis semanas.
Biofeedback anal, la solución a la incontinencia
Este proceso siempre ha de ir acompañado de una serie de cambios, como por ejemplo en el estilo de vida, en el tratamiento farmacológico o en la dieta que sigue el paciente. Únicamente de esa forma se solucionan las patologías tratadas.
La incontinencia anal es una patología que se puede tratar, aunque una gran parte de las personas aquejadas de este trastorno, en muchas ocasiones por vergüenza o por falta de información, tratan de ocultarlo y no piden ayuda.