Bulimia
La bulimia es un trastorno alimentario que consiste en episodios en los que la persona ingiere grandes cantidades de comida muy superiores a las necesarias. Durante esta ingesta la persona siente que no puede parar de comer se da, por tanto, una pérdida de control.
Durante el atracón se suelen comer alimentos que normalmente se rechazan por considerarlos hipercalóricos. La forma de comer también es poco habitual, de forma voraz y compulsiva, engullendo la comida sin saborearla y mezclando los alimentos sin orden.
Además las personas con bulimia tienen una preocupación desmesurada por engordar. Por ello los atracones suelen ir acompañados de prácticas para compensar sus efectos sobre el peso. Los vómitos junto con el uso anómalo de laxantes y diuréticos son el recurso más frecuente para lograrlo.
Desencadenantes
Uno de los factores principales que desencadena los atracones son los estados de ánimo disfóricos como por ejemplo ansiedad, tristeza, cólera o aburrimiento. También lo son las situaciones de estrés y, comúnmente, otras de la vida cotidiana que han quedado asociadas a los atracones.
Las personas que padecen bulimia se caracterizan por no controlar sus impulsos, no sólo los relativos al área alimentaria, (consumo de tóxicos, la promiscuidad sexual, cambios de trabajo y pareja, e incluso de robos y mentiras).
Existen múltiples causas que pueden dar lugar a la bulimia nerviosa. En primer lugar, los factores genéticos que, como mínimo actúan como agentes de predisposición. También factores socioculturales, los rígidos y exigentes cánones de belleza actuales tienen mucho que ver tanto en la aparición como en el mantenimiento del trastorno. Y, por último, la fragilidad emocional de cada individuo. La autoestima baja y el perfeccionismo son características frecuentes entre los pacientes con bulimia.
Las consecuencias de la bulimia pueden llegar a ser muy graves y afectan al individuo a nivel psicológico (alteraciones del estado de ánimo), a nivel social (las relaciones sociales se ven muy afectadas por este problema) y, sobre todo, a nivel físico (dilatación abdominal, úlceras, problemas renales y alteraciones cardiovasculares que pueden incluso producir la muerte).
Tratamiento combinado
El tratamiento psicológico que ha demostrado más eficacia es el cognitivo-conductual. Este tipo de tratamiento tiene como objetivos modificar los pensamientos, actitudes, sentimientos y conductas que mantienen este trastorno alimentario, así como a mejorar aquellos aspectos en la vida de la persona que estén alterados, como sus relaciones sociales, su autoestima, bajo estado de ánimo…