Cáncer de ovario, qué es y cómo se trata
El cáncer de ovario es el segundo más frecuente entre los cánceres ginecológicos, detrás del cáncer de endometrio. Dentro del cáncer de ovario, el más común es epitelial, que se origina en las células epiteliales que recubren la superficie del ovario.
Los especialistas en Ginecología afirman que los síntomas más frecuentes del cáncer de ovario son el dolor pélvico o abdominal, la pérdida de apetito, los síntomas urinarios y la distensión abdominal.
Actualmente no existe ningún método que haya demostrado eficacia en el diagnóstico del cáncer de ovario. La mayoría de casos que se diagnostican de manera precoz son debido a revisiones ginecológicas o cuando la paciente es sometida a algún tipo de cirugía abdominal. En los casos en los que el cáncer de ovario se diagnostica precozmente, la supervivencia puede llegar a ser del 90-95%.
Cáncer de ovario: factores de riesgo
Las causas del cáncer de ovario son desconocidas. Sin embargo, existen algunos factores de riesgo que provocan que algunas mujeres tengan un riesgo más elevado de desarrollarlo.
Existe un grupo de mujeres que tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de ovarios.
- Mutaciones genéticas: Una mujer que presenta una mutación en los genes BRCA1, BRCA2, MLH1, MSH2 o MSH6, tienen el doble del riesgo de padecer cáncer de ovario.
Factores que reducen el cáncer de ovario
Por otro lado, hay factores que han demostrado reducir el riesgo de cáncer de ovario:
- El uso de anticonceptivos orales durante un período de tres o más años reduce hasta un 50% el riesgo
- Ligadura de trompas
- Histerectomía
- Tener uno o más hijos antes de los 30 años
- Lactancia materna
Tratamiento del cáncer de ovario
El principal tratamiento para este tipo de cáncer es la cirugía. La cirugía de citorreducción consiste en la exéresis, conocida comúnmente como ablación, de los ovarios, el útero, las trompas, el apéndice, los ganglios linfáticos pélvicos y aórticos. También, toda la enfermedad macroscópica que haya en el abdomen. Si el cáncer se ha extendido por el abdomen, la exéresis se realiza también en el bazo, el intestino delgado y/o grueso, el hígado, el páncreas y el peritoneo y el diafragma. Este tipo de cirugía, si no se deja ningún residuo tumoral, se asocia a un aumento de la supervivencia.
La quimioterapia no tiene la capacidad de penetrar en grandes masas tumorales. Es por ello por lo que se realiza primero la citorreducción, ya que permite que los tratamientos de quimioterapia sean más efectivos.
En el caso de este tipo de cáncer, existe la posibilidad de administrar la quimioterapia de manera intraperitoneal tras la cirugía de citorreducción. Esto implica la colocación de un catéter en el interior del abdomen, a través del cual se inyecta el tratamiento.