Causas y efectos del déficit de vitamina D
La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio. Su aporte se encuentra en muchos alimentos, sobre todo derivados lácteos y pescado azul, así como en el sol. Sin embargo, existen causas del déficit de esta vitamina y algunos síntomas característicos que es importante abordar para tratarlo.
Hasta hace pocos años lo único que se sabía de esta vitamina era que la fuente de su aporte era el sol y algunos alimentos (lácteos y pescados azules) y que el papel que tenía en nuestro organismo iba destinado al metabolismo del calcio, dando lugar a problemas de crecimiento y composición del tejido óseo (raquitismo, osteopenia, osteoporosis). Hoy en día sabemos mucho más desde la Endocrinología y otras especialidades sobre las causas de su déficit y sobre los síntomas que ello da lugar.
Causas del déficit de la vitamina D
Existen una serie de circunstancias que pueden causar el déficit de vitamina D. Algunas de ellas son:
Piel oscura: más melanina dificulta la producción de vitamina D en la piel
Falta de exposición al sol: la fuente más importante de vitamina D es el sol. Habrá pues más déficit en invierno que en verano. Pero, por otro lado, si usamos protección solar se absorbe menos.
Edad por encima de los 50 años: por varios factores, tales como disminución de la absorción intestinal, disminución de la conversión a nivel renal y disminución de la exposición al sol.
Uso del microondas: calentar o cocinar la comida con el microondas destruye la vitamina D que contengan los alimentos.
Dieta vegetariana: hay más tendencia a déficit de vitamina D, sobre todo en la dieta vegana (por la falta de lácteos y huevos).
Poca ingesta de los alimentos más ricos en esta vitamina: mantequilla, leche, atún, salmón, yema de huevo, setas, champiñones, arenque, sardinas, mariscos o hígado, entre otros.
Problemas de absorción intestinal: Enfermedad de Crohn o celiaquía.
Insuficiencia hepática o renal: falta de producción a esos niveles.
Disminución de las grasas en la alimentación: la vitamina D es liposoluble, por lo que necesita de las grasas para su absorción.
Consumo de antiepilépticos: aumentan la descomposición de vitamina D.
Consumo de cortisona
Hipertiroidismo: aumenta la metabolización de la vitamina D.
Obesidad: la vitamina D se adhiere a la grasa y deja de circular por el organismo.
Síntomas de déficit de vitamina D
A lo largo de los últimos años se han ido haciendo gran cantidad de trabajos en relación a esta vitamina y ya podemos asegurar que su deficiencia puede producir las siguientes situaciones patológicas:
Astenia: debilidad o fatiga general que dificulta llevar a cabo tareas del día a día
Apatía: falta de emoción, motivación o entusiasmo
Anemia: afección que disminuye la cantidad de glóbulos rojos sanos, encargados de suministrar oxígeno a los tejidos del cuerpo
Sudoración de la cabeza
Disminución de defensas por un descenso o atrofia en los glóbulos blancos
Tendencia a enfermedades autoinmunes:
- Enfermedades autoinmunes específicas de órgano, es decir, aquellas en que solo se ve afectado un órgano o tejido. Las más conocidas y comunes: Anemia perniciosa, Celiaquía, Diabetes mellitus tipo I, enfermedad de Graves, enfermedad de Addison, Esclerosis Múltiple, tiroiditis de Hashimoto, Miastenia Gravis, síndrome de Goodpasture, enfermedad de Chron, etc.
- Enfermedades autoinmunes sistémicas, o las que afectan a más de un órgano o tejido. Las más habituales son: Lupus Eritematoso Sistémico, Artritis Reumatoide, síndrome de Sjogren, Psoriasis, Sarcoidosis…
Problemas de la piel: Psoriasis, Lupus, dermatitis atópica
Tendencia a aumentar de peso
Tendencia a hipotiroidismo: enfermedad caracterizada por la disminución funcional de la glándula tiroides, lo que provoca cansancio, sensibilidad al frío y, en mujeres, alteraciones menstruales.
Desequilibrio de la diabetes; es decir, de los altos niveles de glucosa en sangre.
Aumento del dolor de la neuropatía diabética, que es un daño neurológico como consecuencia de la disminución del flujo sanguíneo y un nivel alto de azúcar en sangre.
Osteopenia: disminución en la densidad mineral de los huesos que puede ser precursora de la osteoporosis.
Osteoporosis: enfermedad de los huesos caracterizada por una disminución de la densidad del tejido óseo, que se traduce en gran fragilidad de los huesos.
Hiperparatiroidismo: alteración en que las glándulas paratiroideas segregan más hormona paratiroidea, encargada de regular el calcio, el magnesio y fósforo en la sangre y huesos.
Debilidad muscular
Hipertensión arterial: enfermedad crónica caracterizada por un aumento continuo de presión sanguínea en las arterias.
Inflamación intestinal: enfermedad de Chron o celiaquía, entre otras.
Demencia: pérdida de las facultades mentales debido a la edad o enfermedades, caracterizada por pérdida de memoria y trastornos de conducta.
Mayor tendencia a párkinson, que es una enfermedad degenerativa del sistema nervioso que se caracteriza por la falta de coordinación y rigidez muscular, así como temblores.
Mayor tendencia a cáncer de mama, próstata, colon y linfoma
Mayor tendencia a fibromialgia, enfermedad caracterizada por dolor muscular crónico desconocido, seguido de sensación de fatiga.
Insomnio