Causas y síntomas del trastorno por estrés postraumático
Coloquialmente, se utiliza el término “estrés” para referirse al malestar emocional, la tensión y la preocupación, y también a la sobrecarga y a los problemas que dan lugar a estos sentimientos, bien sea en relación al trabajo, a las relaciones personales o a la economía familiar, entre otros.
Experimentamos distintas formas de estrés o malestar emocional como la tristeza, ira, aburrimiento, vergüenza o por supuesto el miedo. En las situaciones de peligro, es perfectamente normal y adaptativo tener miedo y alterarse emocionalmente cuando sucede algo malo.
En el caso del Trastorno por Estrés Post-Traumático (TEPT), el estrés emocional está vinculado a la experiencia de miedo extremo. El TEPT es la respuesta ante una situación extremadamente estresante o traumática, es decir, que representa un peligro para su vida o su integridad física y puede iniciarse a cualquier edad, incluso durante la infancia. Este trastorno mental afecta, en algún momento de su vida, entre un 2% y un 8% de la población general.
Estrés postraumático o incapacidad de superar una desgracia
El estrés post-traumático se produce debido a la incapacidad de superar un suceso traumático, entendiendo por traumático, de naturaleza amenazadora o catastrófica, capaz de provocar un malestar intenso y prolongado en cualquier persona.
Después de una experiencia traumática es normal que la persona sufra síntomas de estrés postraumático durante el primer mes aproximadamente. De alguna forma, es una reacción protectora; la mente pone en marcha mecanismos que permiten soportar mejor la situación en forma de síntomas que ayudan a la persona a seguir adelante y a entender la experiencia por la que ha pasado. Esto es lo que llamamos una “reacción aguda al estrés”. Tras algunas semanas, la mayoría de las personas van asumiendo poco a poco lo sucedido, y los síntomas de estrés empiezan a desaparecer. No obstante, aproximadamente en un tercio de las personas los síntomas continúan y no logran asumir lo que ha sucedido. Los síntomas de estrés postraumático, se convierten realmente en un problema o Trastorno cuando continúan más allá del mes después del suceso traumático.
Tipos de Trastorno por Estres Postraumático
Los síntomas de TEPT no siempre aparecen inmediatamente, por lo general aparecen dentro de los primeros seis meses tras el suceso traumático. En función del momento en que aparecen estos síntomas, se distinguen tres tipos:
- El agudo, que se manifiesta durante el primer mes y antes de los 3 meses posteriores al trauma.
- El crónico, con una duración igual o mayor a les seis meses.
- De inicio demorado, cuando los síntomas aparecen después de los seis meses posteriores al trauma.
Causas del TEPT
Algunas situaciones de estrés o ansiedad extremas pueden superar nuestra capacidad psico-biológica y mental para gestionar emociones demasiado intensas y poner en marcha estrategias mentales defensivas que si bien permiten evitar daños mayores, conllevan la aparición de síntomas al cabo de un tiempo.
Así, por ejemplo, la disociación es un proceso mental involuntario que permite separar la emoción del resto de la situación. De esta forma, la persona vive o recuerda el suceso traumático como si no fuera con ella, como si recordara una película que no le provoca ninguna emoción significativa. El problema es que esta escisión entre la vivencia y su componente emocional impide la disminución progresiva de la intensidad emocional que acompaña a la experiencia.
Otro proceso mental y conductual que puede complicar la evolución de los síntomas es la evitación sistemática de lugares, recuerdos, conversaciones u otros estímulos asociados con el hecho traumático. Esto puede limitar mucho la vida cotidiana de la persona y además, dificultar de manera importante el proceso de elaboración y deshabituación, es decir, de la disminución progresiva de la intensidad de la reacción emocional.
En cuanto a los procesos neurobiológicos en el desarrollo del TEPT, los niveles de adrenalina no se recuperan adecuadamente tras su elevación durante el suceso estresante; parece que los recuerdos vívidos del trauma mantienen los niveles de adrenalina altos. Esto hace que la persona esté tensa, irritable e incapaz de relajarse o de dormir bien. Esta elevación en la concentración de adrenalina y otras hormonas de estrés, alteran el normal funcionamiento del hipocampo (parte del cerebro que procesa la memoria). Por eso los flashbacks y pesadillas continúan. Si el estrés desaparece y los niveles de adrenalina vuelven a la normalidad, el cerebro puede reparar el daño por sí mismo, como otros procesos de curación natural del cuerpo. Entonces, los recuerdos perturbadores pueden ser procesados y los flashbacks y pesadillas desaparecerán lentamente.
Las situaciones traumáticas más habituales están relacionadas con accidentes, desastres naturales, muerte inesperada de un ser querido, incluidos los abortos espontáneos, ser víctima de agresión física o violación, de abusos físicos o sexuales, de torturas, de secuestro o ser testigo de muerte o de lesiones graves, por ejemplo en tareas de combate o de salvamento (principalmente en soldados, bomberos, policías y servicios de emergencias).
Los acontecimientos más traumáticos son aquellos que son repentinos e inesperados, que duran largo tiempo, cuando uno está atrapado y no puede escapar, si son causados por el hombre, cuando provocan muchas muertes, si causan mutilación y pérdida de brazos o piernas y cuando hay niños involucrados.
Síntomas del TEPT
Como en el resto de trastornos, los síntomas pueden variar de una persona a otra en función de las características y personalidad previas. En el caso del TEPT, mucha gente se siente desconsolada, deprimida, culpable, ansiosa y enfadada tras una experiencia traumática. Además de estas reacciones emocionales comprensibles, existen tres tipos principales de síntomas:
- Flashbacks y pesadillas: Re-experimentación del suceso traumático en forma de recuerdos intrusivos muy vívidos, o bien de pesadillas, o de la sensación de que el suceso está volviendo a ocurrir o de reacciones emocionales desproporcionadas ante estímulos que pueden recordar la experiencia traumática.
- Evitación y embotamiento: Evitación persistente de estímulos asociados al trauma: esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático, para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma o incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma. También comporta reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas; desapego o enajenación frente a los demás; restricción de la vida afectiva y sensación de un futuro desolador.
- Hipervigilancia: Síntomas persistentes de aumento de la activación nerviosa: dificultades para conciliar o mantener el sueño, Irritabilidad o ataques de ira, dificultades para concentrarse, hipervigilancia, respuestas exageradas de sobresalto.
Cabe destacar que un número importante de personas con TEPT también presentan otros trastornos secundarios, siendo los más frecuentes el abuso de alcohol, la depresión, los trastornos de conducta, la fobia simple, fobia social o agorafobia.
Diagnóstico del Trastorno por Estres Postraumático
Para poder realizar un diagnóstico adecuado el psicólogo clínico o el psiquiatra deberán comprobar que la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás, y que ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos, y finalmente, que estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. En el diagnóstico también se debe especificar la duración de los síntomas y el momento del inicio.
De todas formas, hay diversas razones por las que muchas personas con este trastorno no reciben un diagnóstico adecuado. Por un lado, porque a nadie le gusta hablar de acontecimientos y sentimientos tan dramáticos. Otras personas, no quieren admitir que tienen estos síntomas, por temor a ser considerado débil o mentalmente inestable. En parte, también, porque algunos médicos y psicólogos también pueden sentirse incómodos si tratamos de hablar de hechos horribles o truculentos. Y sobretodo porque, a menudo, a las personas con TEPT les resulta más fácil hablar de los síntomas que acompañan al TEPT como dolor de cabeza, problemas de sueño, problemas familiares o laborales, que del origen y los síntomas principales del trastorno.
Tratamiento del estrés postraumático
La guía NICE (Nacional Institute of Clinical Evidence, que fomenta los tratamientos que han demostrado científicamente su eficacia) sugiere que las terapias psicológicas centradas en el trauma deben ser ofrecidas antes de iniciar medicación, siempre que sea posible.
Tratamiento psicológico del TEPT
Los problemas asociados al TEPT sobre los que la terapia psicológica centrará sus esfuerzos son los pensamientos intrusivos, los flashbacks, los miedos asociados al trauma, pánico y evitaciones, el embotamiento afectivo/alejamiento de los demás / perdida de intereses, la culpabilidad / auto-humillación, la irritabilidad / ira, la ansiedad general (hiperreactividad, hipervigilancia, agitación, alarma), las perturbaciones del sueño y la dificultad de concentración. Para tratar estos problemas, las técnicas psicoterapéuticas más útiles son la terapia de exposición, la terapia cognitiva y las técnicas de manejo de la ansiedad.
La evolución de la terapia depende de la existencia de un trastorno psicopatológico previo, de la percepción de control sobre los sucesos negativos, de la intensidad y gravedad de los estresores, de la presencia temprana de síntomas disociativos y del apoyo psicológico y social recibido durante y después del trauma.
Tratamiento farmacológico del TEPT
Los antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina disminuyen la intensidad de los síntomas del TEPT y alivian la depresión que puede estar presente también. Tienen que ser recetados por un médico.
Este tipo de medicación puede tener efectos secundarios en algunas personas. También pueden producir síntomas desagradables si se suspenden demasiado rápido, así que la dosis debe ser reducida gradualmente. Si son eficaces, se deben continuar tomando unos 12 meses. Los antidepresivos tricíclicos pueden ser también de ayuda.
En algunas ocasiones, si alguien está tan angustiado que no puede dormir o pensar con claridad, puede ser necesaria medicación ansiolítica.
Independientemente del tratamiento concreto que la persona haya seguido (psicológico o combinado con psicofármacos), se considera que el trastorno está superado cuando puede pensar en ello sin angustiarse, no se siente constantemente amenazado y ya no piensa en ello en momentos inadecuados.
El Trastorno por Estres Postraumático complejo
Lo sufren personas que han experimentado negligencia grave o abuso tanto de adulto como de niño en repetidas ocasiones, o bien, violencia reiterada o abuso grave en la edad adulta, como la tortura o un secuestro. A esto se llama Trastorno por Estrés Post-Traumático complejo. Puede empezar semanas o meses después de los acontecimientos traumáticos, pero puede tardar años en ser reconocido.
El trauma afecta al desarrollo psicoemocional de los niños, cuanto más precoz es el trauma, más daño hace. Algunos niños hacen frente poniéndose a la defensiva o agresivos. Otros se aíslan de su entorno, y crecen con una sensación de vergüenza y culpabilidad en lugar de sentirse seguros y bien consigo mismos. Los adultos que han sido maltratados o torturados durante un período de tiempo desarrollan una sensación de separación de los otros y pérdida de confianza en el mundo y el entorno.
En el caso del TEPT complejo la ausencia de un diagnóstico adecuado se hace todavía mucho más patente, sobretodo cuando el abusador es un progenitor, una persona del entorno familiar u otra autoridad de confianza, pues en estos casos, además del agresor, es importante la falta de protección por parte del resto de adultos. En general, el niño o niña sienten que de alguna forma merecen lo que les pasa y además, temen que si lo cuentan, provocarán serios conflictos en la familia o entre los padres y el abusador.
Podríamos llegar a plantearnos si la mayoría de los trastornos mentales no son, en realidad, trastornos por estrés postraumático de inicio demorado en los cuales la persona afectada intenta evitar a toda costa los sentimientos que experimentó.