Cigarrillos electrónicos: ¿un método seguro para dejar de fumar?
Los últimos meses han proliferado los pequeños comercios de cigarrillos electrónicos, un nuevo método para dejar de fumar que provoca controversia en la comunidad científica respecto su efectividad y seguridad. Mientras la industria del tabaco ve en estos pitillos electrónicos una futura fuente de ingresos, esmerándose en lanzar campañas en favor de sus beneficios, los organismos de salud dudan cada vez más sobre su eficacia.
Esta semana ha sido la Organización Mundial de la Salud (OMS) la que ha desaconsejado el uso del cigarro electrónico, al considerar que aún no se ha demostrado su utilidad científica ni se han determinado los posibles riesgos que suponen para la salud del consumidor. Según el organismo, las pruebas científicas demuestran que la cantidad de nicotina del e-cigarrillo varía en función de cada producto y, por ello, el usuario es incapaz de saber cuáles son las sustancias químicas que contiene dicho mecanismo ni el volumen de nicotina que está inhalando.
Los fabricantes de estos productos informan de que los cartuchos suelen contener entre 6 y 24 miligramos de nicotina, pero pueden llegar a tener más de 100 miligramos. Además, el informe de la OMS también alerta de los posibles ingredientes tóxicos que estos productos pueden concentrar y que son igualmente dañinos para los pulmones. En consecuencia, se recomienda a los consumidores dejar de usar estos cigarros sustitutivos hasta que se realicen investigaciones que avalen su seguridad y calidad.
La comunidad médico-científica aconseja por el momento seguir utilizando otros productos para dejar de fumar que sí se pueden comprar en las farmacias y que no conllevan riesgos para la salud, como los chicles o parches de nicotina.