Cirugía bariátrica, arma de peso en adolescentes
El sobrepeso y la obesidad infantil van camino de consolidarse como auténticos problemas de salud pública en los países desarrollados. En los países que están en vías de desarrollo, la obesidad también se afianza. Muchos de los niños seguirán siendo obesos en la edad adulta y una parte se convertirán en obesos mórbidos, incluso en la adolescencia.
Al igual que en el manejo de la obesidad en el adulto, en la población infantojuvenil los cambios que se introducen en la esfera dietética, conductual y de actividad física este grupo no dispone de fármacos aprobados. Los datos no son muy alentadores ya que menos de un 5 por ciento de los niños con obesidad mórbida logran revertirla.
El papel de la cirugía bariátrica
A partir de este punto es cuando entra en escena la cirugía bariátrica, una estrategia que no es curativa en sí misma ya que precisa de mantenimiento dietético después de su realización. La cirugía bariátrica juega un destacado papel en el tratamiento integral de la obesidad mórbida, en adolescentes funciona y es segura, pues se consiguen revertir, además de la obesidad, las morbilidades asociadas a ella, como la diabetes, y entre las que también se incluyen alteraciones en la vida social y psicológica nada desdeñables.
Criterios de inclusión de la cirugía bariátrica en adolescentes
Los especialistas en Cirugía general son rotundos: las indicaciones y contraindicaciones de la cirugía bariátrica en adolescentes son claras y precisas y, hasta hace pocos años, mucho más restrictivas que las que se observaban en adultos.
De hecho, la mayoría de los equipos españoles de cirugía bariátrica fijaban el límite de edad de acceso en 18 años, cuando en algunos casos este abordaje se podría haber adelantado, evitando años de sufrimiento físico y psicológicos. Los criterios para que un adolescente entre en un programa de cirugía bariátrica han sido establecidos y revisados por diversos organismos nacionales e internacionales.
En España, un panel de expertos procedentes de nueve sociedades científicas publicaba en Obesity Surgery el pasado año un consenso sobre el manejo quirúrgico de la obesidad en niños y adolescentes.
La realización o no de la cirugía bariátrica se centra en diversos criterios relacionados con el IMC, las comorbilidades o las condiciones psicológicas.
- IMC igual o superior a 50 kg/m2 sin comorbilidades
- IMC entre 40 y 50 kg/m2 con el enfermo afecto de comorbilidades
- Fracaso de los cambios de estilo de vida y el tratamiento médico
Requisitos que deben cumplirse
- Exclusión de causas genéticas y enfermedades raras o tratables de la obesidad
- Haber alcanzado un desarrollo puberal de Tanner 4-5 y al menos el 95% de la estatura adulta basada en la edad ósea
- Tener una madurez psicológica aceptable para asumir los cambios tras la cirugía. El adolescente tiene que participar activamente en el proceso
- Contar con un entorno familiar favorable y capaz de asumir el seguimiento clínico posquirúrgico
Contraindicaciones posibles
- Abuso de alcohol o drogas en el último año
- Alteración psiquiátrica, alimentaria o cognitiva
- Embarazo, lactancia o deseo gestacional en los siguientes dos años
En función de las características de cada adolescente, los especialistas en Cirugía general y otros especialistas de otras disciplinas, elegirán el momento y las técnicas más adecuadas para cada caso realizando los controles y los seguimientos a corto, medio y largo plazo.
Retos sobre la cirugía bariátrica
Sin embargo, y a pesar de que la mayoría de los informes españoles sobre cirugía bariátrica destacan su importancia como parte del tratamiento integral de la obesidad, se sugiere incluso que esta estrategia podría estar infravalorada e infrautilizada.
Las proporciones de accesibilidad a esta cirugía son muy variadas entre países europeos. En España se practica un 40 por ciento menos de cirugía bariátrica, de adultos e infantojuvenil, que en países como Alemania o Francia. Se sospecha que estamos por debajo de la demanda que se necesita. Los últimos informes indican que sólo se acaban operando al 2 por ciento de los candidatos.
Actualmente el desarrollo de nuevas tecnologías poco invasivas y la mayor formación de los equipos multidisciplinares ha transformado el panorama inicial, otorgando a esta cirugía elevados índices de seguridad y eficacia. Sin embargo, aún se infravalora en niños, adolescentes y en adultos.
Sigue faltando formación e información entre pediatras y médicos de familia en cómo proceder. La mayoría de las veces el pediatra no sabe a dónde referir a los niños afectados y solo una pequeña proporción de casos graves llega a centros hospitalarios especializados.
Uno de los grandes obstáculos, según han puesto de manifiesto las sociedades científicas que abordan la obesidad mórbida, es que se desconoce el número exacto de adolescentes y jóvenes operados en España. Los grupos con mayor experiencia, como el del Valle de Hebrón, suman series de 15 casos, pero no es lo habitual.
Para plantear nuevas estrategias conjuntas en obesidad mórbida y analizar logros y carencias es absolutamente necesaria la creación de un Registro de Cirugía Bariátrica, objetivo primordial de la SECO y en el que, lógicamente, estarían contemplados los adolescentes.
Este sería un primer paso que podría dar lugar, después, a un análisis retrospectivo en el que los profesionales señalaran cuántos pacientes han tratado y cuáles han sido los resultados.