Cirugía de la arteria carótida
Las arterias carótidas, junto a las arterias vertebrales, son las encargadas de llevar la sangre al cerebro. Sus alteraciones disminuyen la cantidad de sangre que llega al órgano, con todas las consecuencias que ello acarrea. Las enfermedades vasculares cerebrales constituyen hoy en día una de las principales causas de incapacidad. Por ello su estudio y prevención es fundamental.
¿Dónde está situada la arteria carótida? ¿Qué función cumple?
La arteria carótida es la principal arteria que irriga el cerebro, y su función es la de aportar sangre arterial a este órgano. Existen dos arterias carótidas (derecha e izquierda). Ambas nacen en la aorta dentro del tórax (arco aórtico) y trascurren por el lado del cuello (protegidas por el músculo esternocleidomastoideo). Hasta aquí son conocidas como carótidas comunes. A nivel de la mandíbula se bifurcan en dos ramas: la carótida interna, que irriga el cerebro, y la carótida externa, que irriga parte de la cara y los músculos faciales.
¿Qué tipo de trastornos puede padecer? ¿Cómo pueden detectarse?
Como otras arterias, la carótida puede padecer distintas enfermedades. La afectación más frecuente es la estenosis o su estrechamiento. Habitualmente aparece tras años de tabaquismo, diabetes mellitus, hipertensión arterial o colesterol elevado. El principal riesgo de sufrir una estenosis carotídea es que se produzca un déficit de aporte arterial al cerebro en forma de embolización cerebral, por el desprendimiento de la placa de ateroma que produce la estenosis, o por disminución del flujo sanguíneo en el cerebro, conocido como Accidente Vascular cerebral (ICTUS o AIT).
La forma más fiable y segura de detectar una estenosis carotídea es mediante un estudio con ecografía-doppler. Se trata de un examen no invasivo que se realiza de forma ambulatoria en la misma consulta del Angiólogo y Cirujano Vascular. Permite medir el grado de estenosis y las características de la placa de ateroma así como su evolución, y poder determinar cuál será el tratamiento más adecuado en cada caso.
¿En qué casos deberá recurrirse a la cirugía?
Dado el riesgo de producirse un déficit de aportación arterial al cerebro, cuando se detecta una estenosis carotídea se debe iniciar un tratamiento para controlar los factores de riesgo y evitar su progresión. Habitualmente se indica su reparación quirúrgica cuando la estenosis supera el 70% de estrechamiento de la luz de la carótida, tanto en aquellos casos asintomáticos como en aquellos con síntomas (pacientes que ya han sufrido algún ICTUS o AIT debido a la estenosis).
¿En qué consiste la intervención quirúrgica?
La intervención quirúrgica indicada en la mayoría de casos de estenosis carotídea es la endarterectomía carotídea. Se trata de una intervención que se ejecuta bajo anestesia general (con el paciente dormido). Se practica una incisión en el lado del cuello, controlando la arteria carótida en su bifurcación. Se realiza una apertura longitudinal de la arteria, extrayéndose la placa de ateroma que causa la estenosis y limpiando el lecho de la arteria. Esta apertura se cierra con una prótesis o parche para evitar nuevas estenosis en el futuro. En algunos casos se utiliza un sistema para evitar que mientras manipulamos la arteria disminuya el flujo arterial al cerebro, que se denomina Shunt.
La intervención dura aproximadamente 90 minutos, y tras la intervención el paciente es despertado en quirófano. Pasará las primeras 24 horas en una unidad de cuidados intensivos para el control postoperatorio inmediato.
Existe otra técnica de revascularización carotídea: el stent carotídeo. A pesar de ser una técnica menos agresiva (no hay que practicar una incisión en el cuello, pues se coloca por punción de otra arteria, habitualmente en la ingle), sus resultados son peores y se reserva para aquellos casos en los que la cirugía puede resultar más compleja.
¿Existen riesgos?
La intervención es delicada y existen riesgos, pero es muy importante señalar que los riesgos de sufrir complicaciones son mucho mayores cuando no se recurre a la intervención. Además de los riesgos habituales de cualquier otra intervención (hematoma, infección), el principal riesgo de esta operación es que se produzca un déficit de aporte arterial al cerebro. Sin embargo, a pesar de ser una intervención delicada, los resultados de la endarterectomía carotídea son muy buenos.
¿Cuánto tardará el paciente en recuperarse por completo?
Tras una intervención carotídea, el paciente puede regresar a su domicilio en 3 o 4 días tras la operación. A las 24 horas ya podrá andar por el hospital y seguir una dieta oral normal, y en el domicilio podrá reanudar progresivamente sus actividades físicas habituales. A pesar de que cada caso es distinto lo habitual es que tras 2 semanas se pueda volver a hacer vida normal.