Cirugía de Mohs contra el cáncer de piel
Esta técnica es posible gracias a la supervisión microscópica que posibilita analizar el 100% de los bordes tumorales de cada una de las capas, y así poder guiar al cirujano en las sucesivas persistencias tumorales hasta la completa extirpación del tumor.
La técnica consiste en realizar de forma sistemática y ordenada una secuencia en la que se extirpa un anillo de piel alrededor del tumor que se analiza al microscopio, pudiendo observar toda la base de ese tejido. Este proceso en conjunto se denomina ¨pase¨ o ¨estadio¨. Al final de cada pase podremos saber si el tumor ha sido completamente extirpado o si, por el contrario, hay persistencia tumoral en alguna zona. En ese caso será necesario obtener un nuevo anillo de la zona tumoral, y así sucesivamente hasta completar la extirpación del tumor.
Además, este método tiene la extraordinaria ventaja adicional de no precisar márgenes de seguridad a ciegas, hecho que permite el ahorro de tejido sano y mejores posibilidades de reconstrucción posquirúrgicas (factor determinante puesto que la mayoría de los cánceres de piel ocurren en la cara).
Las estadísticas a largo plazo indican que la técnica de la cirugía de Mohs es la que mayores porcentajes de curación consigue, a pesar de que los enfermos que son tratados bajo esta modalidad suelen ser los de peor pronóstico.