Cirugía del vítreo para acabar con las ‘moscas volantes’
El vítreo es un gel transparente compuesto en su mayor parte por agua, y en menor medida por colágeno, proteínas y otros elementos. Su función es principalmente dar contenido transparente a la cavidad posterior del ojo, en cuyo fondo se encuentra la retina. El vítreo no está vascularizado y no se regenera, y es preciso remarcar que al nacer es un gel homogéneo que con los años se va licuando y van apareciendo flóculos más o menos densos que pueden provocar pequeñas sombras en la visión: las conocidas de forma común como “moscas volantes”.
Lesión del vítreo
El vítreo se afecta fundamentalmente por depósito de diversas sustancias que provocan su pérdida de transparencia y por tanto perdida de visión. Fundamentalmente por tres tipos de causas: Hemorragias de la retina (secundarias a diabetes, trombosis, roturas retinianas, etc), inflamatoria (diversas enfermedades de la retina y la coroides) e infecciosas (infecciones tras cirugías, tras traumatismos, a través de la sangre, etc.).
Tratamiento del vítreo
La cirugía del vítreo puede realizarse por dos motivos. El primero de ellos es la pérdida de transparencia del mismo (hemorragias, inflamaciones o infecciones), y el segundo como vía de acceso para llegar a la retina y solucionar los problemas de ésta (desprendimiento, patologías maculares, etc).
La vitrectomía consiste en la eliminación del vítreo y la reparación de las lesiones retinianas existentes. Se realiza a través de 3 incisiones de muy pequeño tamaño a través de las cuales se introducen los instrumentos necesarios. Al finalizar la cirugía, en la cavidad donde estaba el vítreo se deja un sustituto que puede ser suero, aire, gas o aceite de silicona. Las incisiones en muchos casos son autosellantes y no precisan sutura.