Cirugía laparoscópica en ginecología: la alternativa menos invasiva

Cirugía laparoscópica en ginecología: la alternativa menos invasiva

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 14/11/2018

La cirugía laparoscópica es una técnica quirúrgica mini-invasiva. Permite tratar, mediante pequeñas incisiones, problemas ginecológicos tales como quistes de ovario, miomas, prolapsos genitales o endometriosis, además de tumores. 

En qué consiste la cirugía laparoscópica en ginecología 

La técnica quirúrgica mini-invasiva consiste en realizar una intervención quirúrgica a través de pequeños orificios, en lugar de realizar las incisiones abdominales tradicionales abriendo el abdomen. 
Normalmente, en cirugías laparoscópicas ginecológicas, se realizan entre 3 - 4 incisiones de 5mm en diferentes zonas de la pelvis. A continuación se introduce un gas en la cavidad abdominal que la distiende, permitiendo la realización del procedimiento. Por uno de los orificios, generalmente a nivel del ombligo, se introduce una cámara, cuya imagen es visualizada por el equipo quirúrgico en un monitor externo. Por los restantes orificios se introducen unos delicados instrumentos que permiten llevar a cabo el procedimiento quirúrgico.


Ventajas de la cirugía laparoscópica en ginecología

Las principales ventajas de la cirugía laparoscópica incluyen una recuperación posquirúrgica más rápida, con un menor nivel de dolor posoperatorio y una reducción del impacto estético negativo, debido a incisiones abdominales más pequeñas. Además, dicha técnica mini-invasiva se asocia a un menor tiempo de hospitalización, con menos posibilidad de infección y otras complicaciones y, en definitiva, con un retorno a la actividad cotidiana más rápido y efectivo en comparación con la cirugía abierta convencional. 

 

Patologías ginecológicas en que se emplea laparoscopia

La cirugía laparoscópica se puede utilizar prácticamente en la totalidad de problemas de Ginecología que requieran un tratamiento quirúrgico. Mediante dicha técnica se pueden tratar tanto enfermedades benignas como quistes de ovario, miomas uterinos, prolapsos genitales o endometriosis, hasta tumores malignos que afecten al útero y cérvix u ovarios. 
Dichas patologías pueden requerir realizar los siguientes procedimientos: 
•    Quistectomía de ovario: extracción del quiste en el ovario con conservación del mismo. 
•    Anexectomía: consiste en la extirpación de uno o ambos ovarios y trompas (anejos uterinos).
•    Ligadura tubaria: representa la obstrucción quirúrgica de las trompas uterinas.
•    Histerectomía: consiste en la extirpación del útero.
•    Linfadenectomía pélvica y abdominal: es extirpación de los ganglios linfáticos que rodean las principales arterias y venas del abdomen y de la pelvis.
•    Omentectomía: extirpación de un tejido graso unido al intestino grueso
•    Apendicectomía: extracción del apéndice

 

Recuperación tras la intervención laparoscópica en ginecología

El tiempo de ingreso hospitalario y la velocidad de recuperación global dependerán de la complejidad del procedimiento realizado.
Normalmente, las pacientes suelen ser dadas de alta el mismo día de la intervención o al día siguiente. En este punto pueden sufrir todavía algunas molestias leves que pueden ser controladas con analgésicos comunes por vía oral. Mediante este tipo de cirugía el paciente puede ingerir alimentos de forma normal, subir y bajar escaleras, levantar objetos pesados y llevar una vida cotidiana tanto como su dolor se lo permita desde el día siguiente a la cirugía.

 

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