Cirugía robótica en ginecología
Durante años se han conocido las ventajas de la cirugía laparoscópica, como la rápida recuperación de los pacientes y los riesgos reducidos. La laparoscopia estimuló en su momento la aparición de nuevas tecnologías, entre las que destaca la cirugía robótica. Con la aparición de la cirugía robótica se inició una nueva era en los procedimientos quirúrgicos ya que permite realizar cirugías complejas con la mínima invasión.
Uno de los mejores instrumentos en el área de la cirugía robótica es el Sistema Quirúrgico Da Vinci, que puede utilizarse en procedimientos quirúrgicos urológicos, ginecológicos y de cirugía general principalmente.
Esta técnica quirúrgica, generalmente se realiza a través de pequeñas incisiones, o puertos operatorios, en lugar de una sola gran incisión, lo que permite períodos de recuperación más breves, menos complicaciones y menos trauma para el paciente.
Las ventajas principales son:
• Mayor precisión quirúrgica.
• Mejor mecánica de movimientos del instrumental (7 grados movilidad).
• Mayor destreza, pues estabiliza el instrumental quirúrgico al evitar el tremor de cualquier cirujano y permite el enlentecimiento de los instrumentos y además es más ergonómico, por lo que evita el cansancio del cirujano en cirugías prolongadas.
• Mejor visualización, pues el cirujano trabaja en 3D de alta definición.
• Mejor acceso.
Entre los beneficios para los pacientes se pueden incluir:
• Hospitalización más breve.
• Menos dolor.
• Menos riesgo de infección.
• Menor pérdida de sangre.
• Menos transfusiones.
• Cicatrices más pequeñas.
• Recuperación más rápida y un retorno más rápido a las actividades cotidianas normales.
La cirugía robó́tica intenta suplir las limitaciones de la laparoscopia clásica, y por lo tanto las aplicaciones clínicas serán cualquier procedimiento que se realice mediante laparoscopia convencional y, sobre todo, los de mayor dificultad, como son las intervenciones de cirugía oncológica (cáncer de cuello o endometrio fundamentalmente), las miomectomías uterinas y cirugías de prolapsos uterinos.
En estas tres cirugías nos permitirá, además, abordar de forma segura cirugías en casos en los que no podríamos hacerlo por laparoscopia (por ejemplo, miomas de mayor tamaño o muy cercanos a endometrio). Por supuesto, también será útil en cirugías en casos benignos como histerectomías con úteros de gran volumen.
En este tipo de operaciones se ha demostrado que el tiempo operatorio es similar a la laparoscopia convencional pero mayor al de la vía abierta (laparotomía). En las cirugías oncológicas se ha demostrado que el número de ganglios extraídos, el sangrado operatorio y las complicaciones son similares o mejores que con las otras dos vías comentadas. El tiempo de ingreso hospitalario y la convalecencia son similares a los de la laparoscopia y menores que con la laparotomía.