Combatir el estrés al volante para disfrutar del viaje
El estrés es una respuesta natural fisiológica y psicológica, necesaria para adaptarse a los cambios que supone el día a día. Conducir provoca en muchas personas un obstáculo que desencadena el llamado estrés al volante. Éste debe controlarse, a menudo con la ayuda de un especialista en psicología, pues no sólo provoca consecuencias en la salud del afectado, sino que también puede desencadenar accidentes de tráfico.
¿Por qué se genera el estrés al volante?
El estrés al volante se da cuando al estrés personal, familiar y/o laboral, se le añade la conducción de un vehículo con todo lo que ello conlleva. Encontrar atascos, accidentes de tráfico que detienen la circulación,la falta de tiempo o el alto nivel de contaminación acústica son algunos elementos de la conducción que pueden agotar la paciencia del conductor.
Cuando hay problemas en la carretera, los riesgos de la conducción aumentan, el conductor los interpreta como algo estresante en ese momento y la conducción se vuelve amenazante para él. Los niveles de ansiedad basal aumentan y empieza la cadena de síntomas del estrés como bloqueo emocional, ansiedad o falta de control que hacen peligrosa la conducción.
La carga de estrés diario influye en el estado de ánimo e incide en aquellos momentos de mayor vulnerabilidad. Por esta razón, una persona con alto nivel de estrés personal es candidato a padecer estrés al volante. Las personas con estilos de vida poco saludables, que consumen alcohol o drogas, padecen ansiedad, insomnio o trastornos relacionados con la hiperactividad e impulsividad pueden ser más sensibles al estrés.
Tipos y grados de estrés al volante
- El estrés agudo es el que aparece en una situación intensa, como una colisión con otro vehículo, y todo lo que conlleva:ansiedad, bloqueo emocional, tristeza, frustración, taquicardia, sudoración o falta de control entre otros síntomas.
- El estrés episódico engloba cuando el estrés agudo al volante es muy frecuente. Algunos factores que lo provocan son conducir cada día en hora punta, trabajar conduciendo, atascos habituales o recibir llamadas mientras se conduce.En este caso los síntomas son constantes.
- El estrés crónico al volante se da en personas que el propio hecho de conducir les provoca una alta carga de estrés. Los síntomas del estrés crónico suelen ser: ansiedad anticipatoria, fobia, bloqueo, crisis de ansiedad o ataques de pánico. Las personas con estrés crónico al volante suelen evitar conducir y buscan alternativas para no tener que ir en coche.
Estrés al volante, consecuencias en la conducción y en uno mismo
Las reacciones que provoca el estrés dependerán de la intensidad así como del tiempo que el estrés lleve presente en la vida del conductor y de los recursos que este tenga para reducirlo. En general, suele producir: olvidos, nerviosismo, falta de concentración o alteraciones del estado de ánimo.
Una persona con estrés al volante reaccionará de forma imprudente, impulsiva e impaciente. Su capacidad de anticiparse a los eventos de tráfico quedará reducida, y sentirá menor percepción del riesgo. Tendrá menos respeto a las normas de circulación y a la convivencia vial, aumentando considerablemente el riesgo a tener accidentes de tráfico.
Cómo combatir el estrés al volante
Es importante dejar a un lado las preocupaciones del día a día en el momento de coger el coche.
Conviene gestionar bien el tiempo, salir pronto para no ir con el tiempo justo y prevenir los posibles factores del trayecto como atascos o tráfico cortado. Con este margen de tiempo se viaja más calmado y se disipa el estrés al volante. Asimismo, el conductor debe tomar estos signos habituales como las caravanas, las señales de tráfico o los semáforos en rojo como parte de la conducción.
Un buen método para relajarse y tomar el trayecto de forma positiva es escuchar música en el coche. Otro ejercicio que disminuye el estrés al volante es recordar la ilusión del primer día que se estrenó el coche, para asociar el conducir con una sensación agradable. El copiloto también puede ayudar ofreciendo calma y refuerzo positivo al conductor: puede controlar otros estímulos secundarios como música, el navegador o hablar de temas relajantes, ayudando así a que el conductor este más concentrado.
Cierto es que hay personas que no padecen estrés en general y al ponerse al volante sí lo sufren. Suelen ser personas con síntomas de trastornos de ansiedad, con fobias específicas tales como por ejemplo fobias a los puentes o a las autopistas. Estas personas si siguen un tratamiento psicológico y en algunos casos también médico, superan la fobia o el estrés crónico que les produce tener el volante en sus manos.
Por lo tanto, reconducir la vida utilizando técnicas o herramientas psicológicas como la técnica de reestructuración cognitiva, resolución de problemas, relajación y autocontrol, ayudan a mitigar las cargas del estrés diario y reducir el estrés al volante, mejorando la calidad de vida.
En definitiva, no debe permitirse que el coche sea una prolongación de los problemas diarios. Conducir bien es saber subir al coche dejando las preocupaciones y tensiones en el maletero y disfrutar del momento.