Cómo abordar el cáncer de pulmón, uno de los tumores más frecuentes
El cáncer de pulmón es un tumor maligno muy frecuente y constituye la principal causa de muerte por cáncer en el hombre. Se produce cuando se alteran los procesos normales de división y crecimiento de las células, haciéndolo éstas de forma incontrolable. Es entonces cuando aparece un tumor, de inicio en el pulmón, y que puede extenderse e invadir tejidos o ganglios contiguos.
Características del cáncer de pulmón
Es un tipo de tumor que se caracteriza habitualmente por su lentitud, de manera que suele aparecer en fumadores y después de los 60 años. No obstante, también puede producirse en personas no fumadoras y en edades más jóvenes.
Asimismo, aunque existe una ligera predisposición genética, el factor de riesgo más importante que lo causa es el tabaquismo.
Por otra parte, el cáncer de pulmón era infrecuente en las mujeres, pero al haber aumentado las mujeres fumadoras, las cifras de este tipo de cáncer en el género femenino también lo han hecho, igualándose a las de los varones.
Diagnóstico del cáncer de pulmón
El hecho de que el pulmón no tenga sensibilidad hace que este tipo de cáncer de pulmón sea con frecuencia asintomático en estadios iniciales. Esto hace que los especialistas en Cirugía Torácica realicen su diagnóstico en revisiones periódicas de pacientes en que existan factores de riesgo (predisposición genética, tabaco, riesgos laborales…).
Existen algunos síntomas o afectaciones, que pueden alertar de cáncer de pulmón:
- Hemoptisis (sangre en el esputo)
- Dolor torácico por contacto con la pleura, pared torácica o diafragma
- Disnea (sensación de falta de aire al respirar)
- Tos por invasión de las vías aéreas (bronquios o tráquea)
- Astenia (cansancio sin causa aparente)
- Adelgazamiento
Asimismo, si se encuentra un nódulo, masa en la radiografía de tórax o Tac torácico, puede orientar al especialista en Cirugía Torácica en el diagnóstico. No obstante, esto siempre se debe intentar confirmar con biopsia por broncoscopia o con una punción a través de la pared torácica. Esta biopsia permite conocer el tipo de células que componen el cáncer que, junto con el estadio clínico radiológico de la enfermedad, permitirá programar el tratamiento más adecuado.
El cáncer de pulmón, en función de las células que lo componen, será:
- De células pequeñas o microcítico (SCLC) No es frecuente, de rápida progresión y raramente quirúrgico.
- De células no pequeñas (NSCLC), con diferenciación hacia:
- Epidermoide
- Adenocarcinoma
- Carcinoma de células grandes
Por otra parte, según el estadio evolutivo, se podrá clasificar en:
- Local. Estadios iniciales I y II. El tratamiento es principalmente quirúrgico, capaz de resecar completamente el tumor.
- Regional. Estadio III. El tumor se ha extendido a los ganglios linfáticos de dicha zona o afecta a estructuras adyacentes. El tratamiento suele combinar quimio-radioterapia y cirugía.
- Diseminada. Estadio IV. Hay evidencia de extensión metastásica a otros órganos y tejidos. El principal tratamiento es la quimioterapia, aunque la cirugía puede ser necesaria en casos seleccionados.
Tratamiento del cáncer de pulmón
El diagnóstico debe permitir determinar la operabilidad y posibilidad de resección del tumor. Toda la información acerca del estado de salud del paciente se le hará saber, tanto a él como a la familia, proponiéndoles el tratamiento individualizado más adecuado.
EL tratamiento de elección principal sigue siendo la cirugía con resección completa del tumor. Esta técnica consigue mayor índice de curación en los estadios iniciales y mejora los resultados del tratamiento quimio-radioterápico, cuando se pueden emplear combinados.
Dentro de la resección pulmonar, la más común es la lobectomía, que supone resecar el lóbulo afectado. Sin embargo es importante tener experiencia en todas las técnicas quirúrgicas ya que a veces se reseca solamente uno o dos segmentos, si la función respiratoria del paciente no tolera la lobectomía. En otras ocasiones se debe resecar el pulmón entero (neumonectomía) o se realizan técnicas complejas (bronco-angioplastias) siempre con el objetivo de extirpar el tumor de forma completa y preservar la máxima capacidad respiratoria.
Desde que en 2007 iniciamos de la cirugía videoasistida (VATS), se ha convertido en una técnica minimamente invasiva que nos permite, en la mayor parte de los casos, realizar las resecciones pulmonares con pequeñas incisiones, lo que provoca menos dolor postoperatorio y disminuye las complicaciones quirúrgicas, permitiendo rápidas altas hospitalarias y una incorporación precoz del paciente a su vida cotidiana.
Cabe destacar que el diagnóstico precoz y la resección completa del tumor y ganglios garantizan mayores tasas de supervivencia.
La cirugía podrá complementarse, según el estadio del cáncer, con quimioterapia, radioterapia, o ambas, buscando siempre las máximas tasas de supervivencia. La quimioterapia puede administrarse antes de la cirugía en estadios localmente avanzados y en algunos casos de metástasis, o después de la resección quirúrgica si hay extensión del tumor. En cambio, la radioterapia es un tratamiento que destruye específicamente las células cancerosas. Puede ser un tratamiento primario, que se combine con cirugía o con la quimioterapia. En cánceres avanzados es especialmente útil, ya que alivia el dolor.