Cómo abordar la psoriasis en niños de forma precoz y efectiva
La psoriasis es un trastorno crónico de la piel en el que aparecen placas rojizas cubiertas por escamas gruesas, que se repiten en forma de brotes a lo largo de la vida. Se trata de una patología relativamente frecuente, que afecta al 1 – 2% de la población y que puede aparecer a cualquier edad, desde la infancia hasta la edad adulta. Sin embargo, un tercio de los pacientes desarrolla la condición antes de los 20 años.
Aunque no existe una cura para la psoriasis, los especialistas en Dermatología Infantil sí disponen de numerosas opciones de tratamiento en la actualidad también para niños, que varían según la intensidad y localización de las lesiones.
Causas de la psoriasis
Todavía no se conoce qué produce la psoriasis, pero sí se conoce que la genética y la inmunología juegan un importante papel en su desarrollo. En los pacientes con psoriasis, el sistema inmune se activa de una forma anormal, resultando en una aceleración del ciclo de crecimiento de las células de la piel. En lugar de desprenderse, las células más superficiales se acumulan, formando escamas gruesas sobre las áreas de piel enrojecida.
Existe un claro factor familiar. Si uno de los progenitores sufre psoriasis, existe un 25% de probabilidades de que cada hijo la padezca. Algunos factores pueden activar la psoriasis o intensificarla en los niños, como los daños a la piel y las infecciones. Hasta la mitad de los niños con psoriasis tendrán un rebrote de la enfermedad de 2 a 6 semanas después de enfermedades como las infecciones respiratorias o digestivas. Pese a todo, la psoriasis no es una enfermedad contagiosa.
Síntomas de la psoriasis en niños
La psoriasis se presenta de forma habitual como placas de piel seca, roja y escamosa que pueden ser muy pruriginosas. En ocasiones también puede producir quemazón y aparecer y desaparecer de forma impredecible.
Existen numerosas formas de presentación de la patología, pero la más frecuente en los niños es la psoriasis en placas. Puede limitarse a unas pocas placas o afectar a grandes zonas de la piel. Puede aparecer en cualquier área pero, con mayor frecuencia, afecta al dorso de los codos y de las rodillas, y al cuero cabelludo. La psoriasis en gotas –donde la erupción toma la forma de lesiones en pequeñas gotas– es otra forma frecuente en los niños. La cara y la región genital se afectan con frecuencia en los niños pequeños. La psoriasis también puede afectar a las uñas (sobre todo como pequeñas depresiones u hoyuelos en la lámina ungueal), y a las articulaciones (artritis psoriásica).
Cómo diagnosticar la psoriasis
Para diagnosticar la psoriasis no existen analíticas de sangre específicas. El diagnóstico es clínico y se realiza a partir de las lesiones cutáneas. En caso de duda, se puede realizar una biopsia cutánea para confirmar el diagnóstico y descartar otras causas.
Consideraciones emocionales en los niños con psoriasis
Para muchos niños el principal problema de la psoriasis es su visibilidad y el efecto que ésta pueda tener sobre su autoestima. Los niños con psoriasis presentan un mayor riesgo de depresión y ansiedad. La psoriasis no deja cicatrices en la piel pero puede producir cicatrices emocionales.
Tratamiento de la psoriasis en niños
El tratamiento de la psoriasis infantil depende de la gravedad, la extensión y el tipo de psoriasis. La mayoría de ellos reducen la inflamación de la piel, mientras que otros disminuyen la formación de escamas y el picor. Los tratamientos varían desde cremas, champús y pomadas hasta la fototerapia con luz ultravioleta y la medicación sistémica en los casos más importantes. No existe una medicación que funcione en todos los pacientes y puede llevar cierto tiempo conseguir el régimen terapéutico idóneo para cada niño.
En este sentido existe:
- Tratamiento tópico. Los medicamentos tópicos se aplican de forma directa sobre las placas de psoriasis. Contienen derivados de la cortisona u otros productos anti-inflamatorios sin corticoides como la vitamina D3, el alquitrán, el ácido salicílico y los retinoides. Pueden aplicarse de forma aislada, aunque con frecuencia se presentan en productos que los combinan. También se usan cremas hidratantes para mantener una buena hidratación de la piel y reducir el picor, la sequedad y las escamas.
- Fototerapia con luz ultravioleta. Cuando los fármacos tópicos no son efectivos, o la afectación es muy extensa, algunos niños pueden recibir tratamiento con luz ultravioleta. La fototerapia utiliza la luz ultravioleta para reducir la inflamación de la piel. La luz natural contiene luz ultravioleta y puede estar recomendada por el dermatólogo infantil. Aunque la luz natural puede resultar de ayuda, demasiada exposición, y una quemadura solar, pueden llevar a un brote de psoriasis en el sitio afectado e incrementar el riesgo de un envejecimiento prematuro y de cáncer de piel. La fototerapia se realiza 2-3 veces por semana en la consulta del hospital.
- Tratamientos orales y biológicos. Las formas más graves de psoriasis necesitarán medicación oral, o mediante infusión o inyección en el cuerpo (medicamentos “biológicos”). Estos tratamientos tienen riesgos y beneficios que deben ser valorados por el dermatólogo.
Consideraciones importantes en la psoriasis infantil
Los niños con psoriasis tienen un riesgo elevado de desarrollar obesidad, diabetes, colesterol alto y enfermedades cardiovasculares en la edad adulta. Es por ello que deben realizar una dieta sana, mantener el peso ideal y realizar ejercicio físico de forma regular.