Cómo dejar de fumar
En el tabaquismo se pasa por fases de forma progresiva, y es muy importante conocer en qué fase se encuentra el paciente.
- El 35% de los fumadores están en la Fase de Precontemplación, es decir, ni piensan en la necesidad de dejarlo;
- el 50% están en la Fase de Contemplación, desean dejar de fumar en un plazo de tiempo no superior a 6 meses;
- el 15% de los fumadores se encuentra en la Fase de Preparación, es decir, desea dejar de fumar y quiere hacer un intento serio en fecha inferior a 1 mes;
- la Fase de Acción es cuando están dejando de fumar.
Hasta que el paciente no está en Fase de Preparación no se debe iniciar tratamiento de deshabituación, puesto que hay mucha probabilidad de fracaso. Sólo podemos motivarle, para que avance de fase.
Es necesario que el paciente en Fase de Preparación pase a la Acción y, para ello, es preciso hacer un diagnóstico correcto del tabaquismo, que adapte el tratamiento a las características individuales de cada fumador. Esto se hará a partir de la Historia del paciente, que incluye datos mínimos como la edad en la que empezó a fumar, modo de fumar y tiempo en años que lleva fumando, así como los intentos previos de abandono, tratamientos usados en los mismos y analizar la razón de la recaída.
Tratamiento para dejar de fumar
Al paciente fumador le hacemos rellenar una hoja calendario, de 7 días, donde apuntará el número de cigarrillos que fuma cada día, marcando la mañana, tarde y noche. De esta forma sabremos (él y nosotros) cuándo fuma, más o menos. Además, otra hoja de 1 sólo día, para que apunte dónde estaba, con quién, qué sintió antes y después de cada cigarro.
Analizamos los motivos que le han llevado a tomar la decisión real de dejar de fumar, y cuantificamos el grado de motivación que tiene en ese momento. Si detectamos que no está suficientemente motivado, según los test, debemos invitarle a posponer el inicio del tratamiento.
En nuestra experiencia, los motivos que más llevan a estos pacientes a pedir ayuda son:
- Padres con hijos pequeños o preadolescentes. La mayor motivación está en agradar a los hijos, “mis hijos no quieren que fume”, como si fuera un regalo para ellos. Cuando ya tienen hijos más mayores y también ellos son fumadores, el motivo fuerte es ser modelo para que sus hijos lo dejen.
- Las mujeres jóvenes son más difíciles de motivar debido al miedo de aumentar de peso. Otro factor negativo en ellas es el estreñimiento que se produce al retirar la nicotina. No debemos olvidar que este problema es muy frecuente en ellas. En cambio, cuando están embarazadas es probablemente el mejor motivo para dejar de fumar, al igual que ocurre con sus maridos, bien por apoyar a su mujer o por crear un ambiente más sano para su bebe.
- Las mujeres en edad pre, menopáusica, o en el post reciente de la menopausia, tienen muchos problemas de insomnio. Tanto el síndrome de abstinencia, cuando están en fase de abandono, como el tratamiento farmacológico que se utiliza, empeoran mucho el insomnio. De ahí que las mujeres sean más difíciles de retirar del tabaco; en ellas, el momento ideal es el embarazo o en la infancia de sus hijos.
- En las personas mayores o en edad media, en las que ya existen problemas cardíacos, vasculares o de pulmón, el motivo fundamental es el mejorar o evitar que su enfermedad progrese.
- Cada vez estamos viendo más jóvenes que acuden por razones sociales: conseguir un buen puesto de trabajo, estar mal visto en algunos grupos sociales, el que todos sus amigos lo están dejando.
Analizar el grado de dependencia física, provocado por la cantidad de nicotina en sangre, y otros tipos de dependencia que se generan: la dependencia psicológica, social y conductual. Las mujeres suelen tener más dependencia social y conductual y en los hombres, es mayor la física y psicológica.
Los fumadores mantienen el hábito por refuerzos en la conducta: refuerzo positivo “es que me siento muy bien, me hace sentirme líder, me hace sentirme seguro”… o refuerzo negativo: “tengo miedo a no superarlo, a pasarlo muy mal, a fracasar de nuevo, a engordar”…
El tratamiento del tabaquismo es doble:
- La medicación, que trata la dependencia física provocada por la Nicotina. Para elegirla, se debe contar con factores relevantes para el paciente concreto: no quieren engordar o tienen problemas fuertes de estreñimiento o insomnio (en el caso de mujeres). La presencia de depresión o algún otro problema psiquiátrico puede modificar la elección del tratamiento a poner.
- La terapia cognitiva-conductual, que trata los otros tipos de dependencia. Es prácticamente igual para todos los pacientes, aunque pueden ser diferentes las razones motivadoras en cada uno de ellos y debemos conocerlos para hacer más hincapié en ellos. Por eso, y para poder individualizar lo más posible cada caso, es fundamental un buen diagnóstico de todo lo relacionado con la historia tabáquica. En este tipo de terapia, la experiencia y la implicación con el paciente es de gran ayuda para lograr el éxito.
El fumador en Fase de Acción (está dejando de fumar) es muy vulnerable, se siente inseguro y necesita sentirse apoyado o tener un fácil asidero en momentos de craving (deseo irresistible de fumar). Una buena relación Médico-Paciente, explicar con su lenguaje lo que va a ir sintiendo según vayan avanzando los días de abstinencia o adelantarle lo malo hará que no se sientan miedo cuando aparezcan y con ello se fortalece la confianza en el terapeuta, factor clave para el éxito.
Cuando el fumador tiene gran componente social y sus amigos fuman casi todos, se les indica que al menos los primeros 40 días evite verlos. Sí tiene muy asociado el tabaco con los viajes, le indicamos que evite viajar o que lo haga con alguien no fumador, que pueda ayudarle.
El tratamiento con fármacos es igualmente necesario, pues trata la abstinencia física. Ésta se inicia al día o 2 días de no fumar nada y va aumentando hasta un máximo que suele darse en 40 días. A partir de ahí, va descendiendo hasta desaparecer en unos 3 meses, tiempo que suele durar el tratamiento salvo complicaciones o recaídas. En ese caso, podemos ampliar hasta 6 meses o incluso dosis bajas del medicamento durante 1 año.
Existen fármacos de primera o de segunda línea, según el porcentaje de éxitos que se da con cada uno de ellos. Pero como no a todos los pacientes se les puede poner los fármacos más exitosos, es una suerte contar con más variedad.
Las recaídas se evitan fundamentalmente con terapia conductual, motivando al paciente en los puntos que a él le eran más importantes, por ejemplo, los que le llevaron a pedir ayuda.
Al finalizar el tratamiento, les invito a rellenar un folio con los beneficios que sienten al haber dejado de fumar y ese folio, lo debe tener muy a la vista, para momentos de debilidad o posibles recaídas.
Un paciente es ya exfumador al año de haberlo dejado del todo.