Cómo detectar el Parkinson
La enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad neurodegenerativa que produce una muerte prematura de un grupo de neuronas localizadas en una región del tronco cerebral denominada sustancia negra. La función de estas neuronas es controlar que el movimiento que realizamos se haga correctamente y que determinadas actividades motoras, como la marcha, se realicen de manera automática sin necesidad de pensar qué es lo que tenemos que hacer para caminar.
Según los especialistas en Neurología, el Parkinson es más frecuente según se van cumpliendo años, sobre todo a partir de los 60 y 70, aunque en algunos casos la aparición se adelanta hasta finales de los cuarenta o inicio de los cincuenta.
Síntomas del Parkinson
Los síntomas del Parkinson se manifiestan cuando desaparecen el 80% de las neuronas de la sustancia negra. Hasta que eso ocurre hay una fase que se puede denominar prodrómica, en la que aparecen síntomas y signos que nos pueden indicar ya la aparición de dicha enfermedad.
Los primeros síntomas del Parkinson suelen ser una dificultad para levantarse de sillas bajas, con caída hacia atrás cuando se intenta. Disminución del braceo en una de las extremidades superiores al caminar, arrastre de los pies, pasos más cortos, tendencia a desplazar el cuerpo hacia adelante cuando se camina, dificultad para girar cuando se va andando, etc. Además, la familia también puede notar una disminución de la frecuencia del parpadeo y una cara más inexpresiva. En ocasiones puede aparecer un dolor en un hombro por el aumento de la rigidez en la extremidad superior.
Al principio, estos síntomas afectan más a un lado del cuerpo que al otro, es decir, hay una clara asimetría. Cuando desde el principio los síntomas son bilaterales, habrá que buscar otras causas, como la toma de fármacos u otros signos de otras enfermedades neurodegenerativas, que no van a responder al tratamiento para el Parkinson.
Los síntomas prodrómicos pueden aparecer años antes del inicio de los síntomas anteriores y, en la actualidad, no podemos prever si estos síntomas prodrómicos van a terminar produciendo esta enfermedad. Los más frecuentes van a ser un estreñimiento pertinaz, un cuadro depresivo persistente y un trastorno del sueño denominado trastorno de conducta asociado a sueño REM. En este último trastorno, si cuando estamos soñando durante el descanso nocturno solo podemos mover los ojos y los músculos respiratorios, estos pacientes “actúan” en sus sueños con movimientos e incluso llegan a caminar fuera de la cama.
El Parkinson hay que tratarlo cuando los síntomas alteren la calidad de vida del paciente, cuanto más se retrase el empleo de la levodopa mucho mejor, antes se pueden utilizar otro tipo de fármacos que también van a aliviar los síntomas.