¿Cómo prevenir el cáncer de próstata? Factores hormonales y nutricionales
El cáncer de próstata es un tipo de tumor excelente para realizar estrategias de quimioprevención, debido a su alta incidencia y su aparición en edades avanzadas.
Cualquier retraso en la carcinogénesis del cáncer de próstata podría llevar a la disminución de su incidencia. Del mismo modo, la presencia de lesiones premalignas puede servir como diana de esa quimio-prevención. Un diagnóstico a tiempo por parte del especialista en Urología puede ser clave.
Nutrición y cáncer de próstata
Las evidencias científicas sobre mortalidad e incidencia del cáncer de próstata sugieren que los elementos medioambientales influyen en su aparición y desarrollo.
Asimismo, algunos factores nutricionales también se han relacionado con el riesgo elevado de desarrollar cáncer de próstata, especialmente, el consumo elevado de grasa animal y productos lácteos.
En cambio, existen factores nutricionales que presentan una menor incidencia en el cáncer de próstata. Se observan, sobre todo, en poblaciones que consumen una mayor cantidad de selenio, vitamina E, frutas y tomates.
Agentes hormonales
Existen algunos agentes hormonales relacionados con el cáncer de próstata.
La testosterona, una vez se encuentra en el interior de la célula prostática es metabolizada por la 5 alfa reductasa. Esta enzima se presenta en el organismo con la forma de dos iso-enzimas (tipo 1 y 2). La Finasterida es un inhibidor selectivo de la enzima tipo 2, mientras que la Dutastaerida inhibe ambos tipos.
- Finasterida. En una investigación realizada durante 7 años que comparaba el efecto de la finasterida frente al placebo, se demostró mayor prevalencia de cáncer de próstata en el grupo de finasterida ante el grupo placebo. Esto supone una reducción significativa del riesgo entre los dos grupos de tratamiento. Además, se constató una reducción absoluta en los pacientes tratados con Finasterida con independencia de si se detectaba mediante una biopsia de causa a al final del estudio.
- Dutasterida. La incidencia de cáncer de próstata en los pacientes que recibieron Dutasterida fue inferior en la mitad a la incidencia en los pacientes asignados al grupo de placebo.
Agentes antioxidantes
El stress oxidativo es uno de los factores que promueven la carcinogénesis. La oxidación del tejido puede provocar las mutaciones genéticas causantes del cáncer. Por este motivo, se cree que los antioxidantes pueden resultar preventivos en varios tipos de tumor. Los más utilizados son:
- Vitamina E. Tiene una alta capacidad antioxidante y antiproliferativa. Se encuentra en los aceites vegetales, las nueces, los aguacates, los huevos y los cereales. La dosis diaria recomendada es de 15 mg y no es recomendable exceder los 95 mg al día. Asimismo, se recomienda suspender su consumo 10 días antes de una biopsia, prostatectomía radical, braquiterapia o crioterapia, ya que la vitamina E es un antiagregante plaquetario.
- Selenio. La concentración de selenio depende del contenido en el terreno donde se cultivó el producto. Se encuentra en la carne, cereales en grano y mariscos. La dosis diaria recomendada es de 0,87 µg/kg y el límite tolerable es 400 µg/día durante 7 años. Varios estudios han demostrado que el suplemento de selenio inhibe el crecimiento de líneas celulares de cáncer de próstata, tanto sensible como resistente a los andrógenos.
- Licopeno. Es un antioxidante muy potente de la familia de los carotenoides que se encuentra en altas concentraciones en los tomates, a los que dan el color rojo, y en los productos derivados. Como no es un nutriente esencial no existen recomendaciones sobre la cantidad de consumo diario aunque se sugiere el consumo de 5 medidas de tomate o derivados a la semana como parte de una dieta sana. En un estudio “in vivo” la asociación de tomate y brócoli fue más efectiva para reducir el crecimiento tumoral que el consumo de ellos por separado.
- Té verde. El té contiene muchos compuestos polifenolólicos, siendo la epigallocatequina gallate (EGCG) el más estudiado. Su mecanismo de acción no ha sido determinado pero se cree que puede funcionar a través de la inhibición de enzimas proteolíticas que previenen las metástasis, la antiangiogénesis y actuar en las comunicaciones intercelulares. Un estudio clínico demostró la eficacia de las catequinas del té verde con tan sólo un 3% de incidencia de cáncer de próstata en los pacientes tratados con la misma frente a una incidencia del 30% en los pacientes tratados con placebo.
- Soja e Isoflavonas. El empleo de los productos de la soja en la prevención del cáncer de próstata se basa en el mismo principio que el uso del té verde y es que en los países asiáticos, en que el consumo de soja e isoflavonas es elevado, la incidencia del cáncer de próstata es baja. La dieta de los países asiáticos incluye 10 veces más productos de soja que los que se consumen en la dieta occidental. Recientemente se ha realizado un meta-análisis que ha estimado que el riesgo relativo de cáncer de próstata en los pacientes con alto consumo de soja es menor que en los sujetos que no la consumen.
- Granada. El zumo de Granada y su extracto han demostrado un gran efecto antitumoral en pacientes con cáncer de próstata. Un estudio de la Universidad de California probado la eficacia del zumo de granada, que aumentaba el tiempo de duplicación del PSA hasta en 6 meses. De hecho, varios estudios han demostrado que el zumo de granada produce la muerte de las células de cáncer de próstata resistentes a las hormonas y que también aumenta la adhesión de las células y disminuye la migración de las mismas.
- Suplementos ricos en polifenoles. Un estudio clínico realizado en la Universidad de Cambridge demostró que el tratamiento de pacientes cáncer de próstata con extracto de granada, brócoli, té verde y cúrcuma retrasa la progresión del cáncer en comparación con pacientes que fueron tratados con placebo. Después de 6 meses, en el grupo de pacientes tratados con cápsulas con el suplemento alimenticio el PSA medio subió, mientras que en el grupo tratado con placebo no.
- Anti-inflamatorios no esteroideos. Hay evidencias que indican que las prostaglandinas participan en el desarrollo de varios cánceres. La ciclooxigenasa (COX) de la que existen dos isoformas (COX1 y COX2) es una enzima muy importante en la síntesis de prostaglandinas. La COX2 se manifiesta en elevadas concentraciones en diversos tumores entre los que se encuentra el cáncer de próstata. Por este motivo, los anti-inflamatorios no esteroideos y los inhibidores selectivos de la COX 2 (Rofecoxib, Celecoxib, Exisulind, etc.) aparecen como agentes potenciales en la prevención del tumor de cáncer de próstata, ya que disminuyen la síntesis de prostaglendinas. Diversos estudios sobre los efectos de la aspirina en el riesgo a desarrollar cáncer de próstata han detectado una relación contraria.
- Café. Recientemente se ha observado que el consumo de 4 tazas de café al día se asociaba con un menor riesgo de padecer cáncer de próstata frente a los pacientes que tomaban menos de una taza diaria.
- Ejercicio físico. La Universidad de Rochester demostró que el ejercicio físico reduce la producción de interleucina 6 (IL-6), que se produce por la depresión y los procesos inflamatorios, lo que supone la reducción de la progresión del cáncer de próstata. Los pacientes que recibían el tratamiento convencional con radioterapia o bloque hormonal mostraron un aumento en la producción de IL-6, mientras que los pacientes que fueron tratados también con un programa de ejercicio físico mostraron un descenso en la IL-6. Resultados similares se observaron con la interleucina-8 (IL-8).