¿Cómo saber si se sufre de dispepsia?
No existe una relación comprobada entre ciertos tipos de alimentos y la dispepsia, sin embargo, se recomienda evitar la comida con exceso de grasa, regular su cantidad y tener un orden específico a lo largo del día.
¿Qué es la dispepsia?
De acuerdo a los Criterios de Roma, pautas para la evaluación de Trastornos Funcionales Gastrointestinales (FGI), la dispepsia es una patología que consiste en un conjunto de síntomas que tienen origen en la región superior central del abdomen, por debajo del esternón.
Especialistas aseguran que se trata de una enfermedad frecuente que afecta hasta dos de cada diez personas. Existen síntomas comunes como eructos, pesadez, saciedad precoz, dolor o quemazón. Sin embargo, estos difieren de la naturaleza y tipo de dispepsia.
¿Cuáles son los tipos de dispepsia?
Desde sus primeros estudios hasta la fecha, la dispepsia ha sufrido constantes modificaciones en su clasificación; sin embargo, los tipos más comunes son: secundaria, funcional y no investigada.
La de tipo orgánica o también llamada secundaria comúnmente es producida por enfermedades metabólicas u orgánicas, en donde el sometimiento a un tratamiento específico para curarlas también aliviará o desaparecerá la dispepsia.
A pesar de que la dispepsia funcional es la más frecuente entre la población, sus causas no son bien conocidas. Lo que sí se sabe es que existe sensibilidad y movimiento en el estómago o incluso en el duodeno, lo que lleva a una incapacidad para acomodar la comida y un vaciamiento más lento de ésta.
Respecto, a la dispepsia no investigada, esta optó por denominarse así porque sus síntomas no son suficientemente específicos para diferenciarla de la funcional o la orgánica. Es por ello que no tiene un diagnostico específico.
¿Cuáles son sus síntomas?
En la dispepsia orgánica las enfermedades más frecuentes que la causan son la úlcera gástrica o duodenal, el cáncer gástrico, de tipo biliopancreático, las ligadas al consumo de medicamentos como aspirinas o antiinflamatorios y las producidas por el alcohol y el tabaco. En este caso el síntoma más frecuente es el dolor o ardor al nivel del esternón.
Los síntomas relacionados a la de tipo disfuncional son dolor en la boca del estómago, saciedad precoz, pesadez postprandial (pesadez al inicio o término de la comida), ardor, náuseas, eructos e hinchazón abdominal. Para que se diagnostique como tal los síntomas deben presentarse a lo largo de 3 meses, ni mejorar al defecar.
Por otro lado, en la no investigada, se sabe que para la realización de estudios (gastroscopia) los pacientes deben cumplir criterios de edad (entre 55 y 60 años); así también la presencia de vómitos, pérdida de peso, anemia o dolor nocturno.
¿Cuál es su tratamiento?
En relación al primer tipo (orgánica), el tratamiento estará relacionado a la enfermedad que la produce. La funcional no tiene una cura específica, sin embargo, los fármacos que comúnmente se utilizan sirven para inhibir la secreción de ácido gástrico y los inhibidores de bomba de protones.
Otras opciones son el uso de procinéticos, medicamentos para la erradicación de Helicobacter pylori, citoprotectores, antidepresivos capaces de disminuir la sensibilidad en el tubo digestivo y medicamentos que inhiben la sensación visceral.
A pesar de que no existe una relación comprobada entre ciertos tipos de alimentos y la dispepsia, debe haber una regulación en la dieta. Deben evitarse las comidas con exceso de grasa y regular su cantidad, así como ordenarlas en ciertos momentos específicos a lo largo del día. Algunos pacientes con una base psicosomática importante podrían necesitar apoyo psicológico.