Cómo saber si un lunar es canceroso
Tener lunares en la piel es algo fisiológico, normal. No es grave pero, cuando ocurren cambios en los mismos (forma, color o diámetro), se debe solicitar la opinión de un médico especialista en Dermatología, con el fin de analizarlo rápidamente y detectar la posible existencia de melanoma.
Melanoma, cáncer de piel derivado de un lunar
El melanoma es un tumor maligno similar a un lunar que aparece en la piel. Es un tipo de cáncer que puede aparecer a cualquier edad pero que, si se detecta a tiempo, puede llegar a curarse totalmente. No obstante, el hecho de haber sufrido un melanoma obligará al paciente a un control de la piel de por vida, para detectar una posible recurrencia, así como otro posible segundo melanoma.
Signos y diagnóstico de melanoma
Un melanoma puede aparecer como una ligera mancha en la piel sana o puede desarrollarse a partir de un lunar que ya existía. Dicha mancha puede crecer y aumentar su tamaño, cambiar su color y forma, e incluso engrosarse. El diagnóstico se basa en la exploración física, además de una biopsia en la piel, ya que los análisis de sangre no permiten detectarlo.
Cómo identificar un lunar sospechoso de melanoma
Un lunar empieza a ser sospechoso cuando cambia de aspecto. De esta forma, aparecerán nuevas manchas alrededor de la original (lesiones satélites). También se formarán costras ocasionales, que desaparecerán y volverán a formarse en la superficie de la mancha. Tener presente que el sangrado es un signo tardío en el melanoma.
Partes del cuerpo más propensas a sufrir melanoma
Los lunares propensos a melanoma pueden ubicarse en cualquier parte del cuerpo, incluso en genitales o debajo de las uñas. No obstante, existen zonas comunes que requieren especial atención:
- Piernas, en el caso de las mujeres
- Espalda, en el caso de los varones y mujeres
- Cara, en personas mayores
Cuándo acudir al dermatólogo: prueba diagnóstica A, B, C D, E
Para saber si debe acudir a la consulta del especialista en Dermatología, el paciente debe hacerse las siguientes preguntas. Si la respuesta es “sí” a alguno de dichos criterios, el médico debe examinar el lunar:
A = Asimetría. El lunar tiene forma extraña y asimétrica.
B = Borde. El borde del lunar tiene aspecto irregular, de mapa geográfico.
C = Color. El lunar presenta varios colores (matices de marrón rosado, marrón rojizo o negruzco, normalmente).
D = Dimensión. El lunar mide más de 6 mm de diámetro (aplicable esta regla para lunares no de nacimiento).
E = Evolución. El tamaño del lunar ha aumentado de tamaño o está cambiando de aspecto
Exposición solar y relación con el melanoma
La exposición solar repetida, sobre todo aquella que provoca quemaduras solares importantes durante la infancia y adolescencia, es la más peligrosa, al duplicar el riesgo de melanoma. De hecho, dos de cada tres melanomas se asocian a la exposición excesiva al sol.
Por otra parte, la exposición a la luz artificial de rayos UV (lámparas de bronceado o solárium), también duplica el riesgo de melanoma.
Personas con mayor riesgo de sufrir melanoma
Algunas personas tienen mayor riesgo de desarrollar un melanoma:
- Personas con piel y cabello claros que sufren quemaduras solares con facilidad.
- Personas que trabajan al aire libre, expuestas al sol de forma prolongada.
- Personas que utilizan lámparas de rayos UV sin protección de la piel.
- Personas que tienen muchos lunares con diámetro superior a 5mm (se recomienda tener en cuenta que no todos los lunares se convierten en cáncer). Se considera factor de riesgo tener > 50-100 lunares.
- Personas con antecedentes familiares de melanoma. El 10% de los casos, aproximadamente, se debe a causas genéticas.
Se recomienda supervisar los lunares regularmente. Si se detectan cambios en la forma, color, tamaño, borde o sensación, se debe consultar con el experto en Dermatología.