¿Cómo se debe tratar la estenosis lumbar?
La estenosis lumbar, conocida también como síndrome del escaparate, puede tratarse mediante microcirugía o bien mediante cirugía percutánea. Ambas tienen un alto porcentaje de éxito.
La estenosis lumbar es la disminución de los diámetros del canal lumbar, donde se encuentran la parte final de la médula espinal y las raíces de los nervios de la cola de caballo, ambos responsables del movimiento en los miembros inferiores y del control de esfínteres.
Tal y como afirman los neurocirujanos, las medidas del canal lumbar pueden estar disminuidas congénitamente o, más frecuentemente, por un proceso degenerativo llamado espondiloartrosis.
El 95% de los varones y el 80% de las mujeres de más de 65 años presentan estenosis de canal clínica o radiológicamente.
Síntomas
El dolor lumbar es el síntoma principal de la estenosis lumbar. Los trastornos sensitivos en forma de hormigueo en los miembros inferiores, así como la pérdida de fuerza son otros síntomas de esta patología. Esta pérdida de fuerza ocasiona que, al caminar pocos metros, la persona se tenga que parar y, en ocasiones, flexionar el tronco sobre la pelvis para que desaparezcan los síntomas.
La estenosis lumbar es conocida también como síndrome del escaparate precisamente por este hecho, porque la persona que sufre esta patología se para a mirar los escaparates cuando va caminando por la calle y, así, disimula hasta que los dolores desaparecen. Este síndrome del escaparate es producido por una claudicación de los nervios. Pero también puede tener un origen vascular, es decir, la obstrucción de las arterias iliacas y femorales por placas de ateroma o lesiones internas de los vasos.
La diferencia entre la claudicación de origen neurógena por estenosis de canal y la de origen vascular es que la primera, además de dolor en las piernas, puede presentar pérdida de fuerza pero los enfermos conservan el pulso arterial en las piernas; cosa que no ocurre en la claudicación de origen vascular.
Tratamientos de estenosis lumbar
La estenosis lumbar se puede tratar quirúrgicamente de forma percutánea, es decir, sin incisiones quirúrgicas. También se recurre a las intervenciones mínimamente invasivas como tratamiento.
Las intervenciones con microcirugía se realizan con microscopio quirúrgico y consisten en pequeñas incisiones en la piel y, a continuación, pequeñas descompresiones que son la liberación del nervio o nervios que duelen agrandando el orificio por donde pasan.
Esto recibe el nombre de foraminotomías y se acompañan de la extirpación del ligamento amarillo que se encuentra en la línea media entre cada 2 vértebras, de esa forma se realiza una descompresión selectiva. La última parte de la intervención consiste en la colocación de un dispositivo interespinoso entre vértebra y vértebra para mantener la descompresión realizada y que no se cierre el canal.
En otros casos, cuando el paciente presenta otras enfermedades como por ejemplo diabetes, hipertensión o ha sido trasplantado del riñón o hígado y, sobre todo si el síndrome fundamental es la claudicación neurógena, lo recomendable es realizar el tratamiento mediante cirugía percutánea. La cirugía percutánea consiste en colocar un dispositivo interespinoso de forma percutánea.
En ambos tratamientos, la intervención quirúrgica dura aproximadamente menos de 30 minutos, pudiendo ser el paciente dado de alta a las 24 o 48 horas. Ambas intervenciones tienen un éxito de entre el 80 y 97%. Ninguna de las intervenciones supone un riesgo quirúrgico.
Hay que destacar que la vida media en España es de las más altas del mundo, tanto en el hombre como en la mujer y, por tanto, el tener una calidad de vida buena es imprescindible cuando las personas van cumpliendo años. Es lógico que el ser humano quiera vivir cada vez más años, pero debe hacerlo en las mejores condiciones posibles.