Conoce la Enfermedad del Suelo Pélvico y cómo tratarla
La enfermedad del Suelo Pélvico suele afectar, mayormente, a mujeres. Suele presentarse con incontinencia urinaria o prolapso de los órganos pelvianos, así como otros desordenes asociados. El tratamiento principal recomendado siempre será la rehabilitación muscular del Suelo Pélvico, seguida de tratamiento quirúrgico o terapias con láser CO2.
¿Qué se conoce como enfermedad del Suelo Pélvico?
La enfermedad del Suelo Pélvico afecta de una manera preferente, aunque no exclusiva, a las mujeres. Se presenta principalmente en forma de incontinencia de orina o descuelgue (prolapso) de las vísceras pélvicas (útero, vejiga, recto, vagina). También puede generar otros desordenes asociados, como problemas durante la micción (urgencia, frecuencia, nicturia), estreñimiento, dolor o molestias durante las relaciones sexuales e infecciones urinarias de repetición.
La prevalencia media estimada oscila entre entre el 20 – 30 %, en términos generales, con una elevación de hasta el 30 – 40 % en las personas de edad media y de hasta un 50 % en los ancianos.
¿A qúe órganos y músculos afecta?
El Suelo Pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior. Su función es mantener los órganos pélvicos (vejiga, útero y vagina y recto) en su posición anatómica adecuada. El músculo elevador del ano y una lámina de tejido conectivo, la fascia endopélvica, son los principales responsables de esta función de soporte. La enfermedad del Suelo Pélvico se produce, por tanto, por una debilidad de estas dos estructuras, que hace que pierdan esta función de soporte.
Causas de la Enfermedad del Suelo Pélvico
Las causas principales que originan el debilitamiento del suelo pélvico son:
- Embarazo y parto vaginal
- Tos crónica
- Estreñimiento crónico
- Determinados tipos de deportes o actividades laborales asociadas a esfuerzos abdominales repetitivos y mantenidos en el tiempo
Síntomas de la enfermedad del Suelo Pélvico
Algunos síntomas de la Enfermedad del Suelo Pélvico pueden ser:
- Sensación de que necesitas ir a defecar varias veces durante un período corto de tiempo
- Sensación de que no puedes terminar de defecar
- Estreñimiento o dolores al hacer el esfuerzo de defecar
- Una necesidad frecuente de orinar
- Dolor al orinar
- Dolor en la parte inferior de la espalda que no se puede explicar por otras causas
- Dolor continuado en la zona pélvica, genitales o recto
- Dolor durante el acto sexual
- Escapes involuntarios de orina o de heces
- Sensación de “bulto” en los genitales
Diagnóstico de la Enfermedad del Suelo Pélvico
Para llevar a cabo el diagnóstico de la Enfermedad de Suelo Pélvico, se pueden realizar diversos exámenes por parte del experto en Ginecología y Obstetricia:
- Historia Clínica detallada. En la historia general y ginecológica de la paciente deben mencionarse específicamente los problemas de incontinencia de orina. Los sentimientos de vergüenza que asocia esta patología ocasionan que muchas veces el problema no sea mencionado por la paciente.
- Diario miccional: para verificar el impacto del problema en la calidad de vida de la paciente. Para ello se utilizan cuestionarios específicos como el ICIQ-SF.
- Examen físico con examen neurológico básico (sensibilidad y reflejos perineales).
- Prueba de esfuerzo, como toser con la vejiga parcialmente llena para poner en evidencia la incontinencia de orina. Es también muy útil disponer en consulta de aparatos de biofeedback que permiten evaluar de forma sencilla la fuerza y tono muscular del suelo pélvico.
- Otras pruebas diagnósticas: análisis de orina y estudio del residuo postmiccional.
- Pruebas especiales, tales como la urodinamia, que permite distinguir el tipo de incontinencia de orina (esfuerzo o urgencia) y establecer el grado de severidad. Prueba de la compresa, que nos permite cuantificar el volumen de pérdida de orina.
Tipos de tratamiento para la Enfermedad del Suelo Pélvico
- Rehabilitación muscular del suelo pélvico: Es la contracción activa de los músculos del suelo pélvico realizada de forma regular, que puede realizarse con o sin ayuda de sistemas de biofeedback. Pueden emplearse de forma asociada técnicas como la electroestimulación. Una vez que la paciente ha aprendido a realizar los ejercicios, debe de mantener una disciplina de trabajo para mantener la eficacia del tratamiento.
- Tratamiento quirúrgico: El primer escalón del tratamiento es la rehabilitación. En los casos en que este no es suficiente, para compensar los síntomas, se puede recurrir a diferentes técnicas quirúrgicas orientadas a corregir la hipermovilidad uretral y aumentar el soporte de la uretra. En los casos de prolapso genital puede ser incluso necesario la extirpación del útero.
- Láser Co2: Recientemente se están utilizando terapias con láser para rejuvenecimiento vaginal y corrección de los prolapsos leves. El láser produce un efecto térmico controlado y de gran precisión en la mucosa vaginal, provocando una contracción y retensado del tejido. La energía láser depositada a lo largo de la pared vaginal calienta el tejido sin dañarlo, estimulando la formación de nuevo colágeno en la fascia endopélvica.