Conoce los usos y beneficios de la toxina botulínica tipo A
La toxina botulínica tipo A es una proteína que actúa como relajante muscular, atenuando las arrugas de expresión, pero también relajando el músculo excretor de las glándulas sudoríparas, controlando el exceso de sudoración. Los efectos duran entre 4 y 5 meses, tiempo tras el cual se recupera la función muscular.
Qué es la toxina botulínica tipo A y cómo actúa
La toxina botulínica tipo A es una proteína producida por una bacteria llamada Clostridium botulinum altamente purificada que, administrada en dosis muy bajas, no produce efectos nocivos, a pesar de su procedencia.
Actúa inhibiendo el receptor de una encima encargada de la contracción muscular llamada Acetilcolina, a nivel de la placa motora muscular. Al estar la enzima bloqueada el receptor no puede unírsele, por lo que se produce el bloqueo de dicha contracción muscular.
Al administrar la toxina en un músculo específico disminuye la actividad de éste, relajándolo temporalmente y evitando y mejorando las arrugas de expresión. Transcurrido un periodo de entre 3 a 6 meses el músculo tratado recupera gradualmente su función motora. Los efectos son reversibles.
La toxina botulínica tipo A no es una sustancia de relleno sino que, en realidad, es un relajante muscular que atenúa arrugas de expresión y controla la hiperhidrosis axilar, palmar y plantar.
Resultados esperados con toxina botulínica tipo A
El tratamiento está indicado para atenuar las arrugas de expresión. Al relajarse los músculos del área tratada, la piel circundante aparecerá más lisa y con menos arrugas. El paciente podrá seguir expresando sus emociones, sonriendo, frunciendo el entrecejo y notando como las arrugas circundantes al área tratada se suavizan y disminuyen de profundidad.
Otra de las indicaciones de tratamiento con toxina botulínica es la hiperhidrosis axilar, palmar y plantar. De esta forma regula el exceso de sudoración mediante la relajación del músculo excretor de la las glándulas sudoríparas.
Cuándo se observan los resultados y duración del tratamiento
Los resultados se aprecian a los pocos días de ser administrada la toxina botulínica tipo A. Cada paciente presenta una respuesta diferente pero, en general, los efectos comienzan entre el tercero y cuarto día, alcanzando el efecto máximo entre 7 y 14 días.
La duración media del tratamiento se sitúa entre los 4 y los 5 meses después de los cuales se recupera la función muscular progresivamente. Tras varios tratamientos las arrugas se atenúan y los efectos tienen mayor duración en algunos pacientes, debido a un posible efecto educador de la toxina botulínica tipo A sobre la musculatura facial.
Para corregir las arrugas de expresión los expertos en medicina estética recomiendan hacer un tratamiento cada cuatro meses el primer año, para continuar con un tratamiento cada seis meses a partir del segundo año. Los pacientes observarán al año de tratamiento una disminución considerable de las arrugas de expresión más marcadas y desaparición de las arrugas leves. A partir del segundo año de tratamiento las sesiones se adecuarán a la mímica de cada paciente, siendo suficiente la aplicación de la toxina botulínica de tipo A dos veces al año para mantener los resultados. En cuanto al tratamiento de la hiperhidrosis suele llevarse a cabo una sesión cada 6-7 meses.