Consejos para la blefaroplastia: cómo acabar con las bolsas y las arrugas de los párpados
La piel de los párpados es la más fina y sensible del cuerpo humano, lo que la convierte en una de las primeras áreas de la cara en manifestar el paso de los años, habitualmente a partir de los 40 años.
Las dos quejas más habituales son las relacionadas con la aparición de arrugas y abultamientos (bolsas) de los párpados.
Arrugas y bolsas en los ojos, los dos signos del paso del tiempo
La laxitud de la piel palpebral ocasiona la aparición de arrugas por descolgamiento. En el párpado superior se forma un pliegue cutáneo que, en los casos más severos, toca las pestañas e incluso puede sobrepasarlas, interfiriendo con la mirada. En el párpado inferior, las arrugas pueden extenderse hacia la mejilla.
La gesticulación es la principal responsable de la formación de las llamadas arrugas de expresión. En los párpados éstas se forman típicamente en su parte lateral y se conocen popularmente como "patas de gallo".
Los párpados actúan a modo de tabique de contención en relación al contenido de la órbita. Su relajación con la edad favorece la protrusión de la grasa orbitaria hacia el exterior y puede entenderse como una auténtica hernia de grasa. Este abultamiento se conoce como bolsa palpebral. Hay casos familiares donde las bolsas palpebrales ya son evidentes a edades tempranas. No hay que confundir las bolsas con las ojeras, consistentes en oscurecimiento de la piel, aunque ambas pueden coexistir.
¿Puedo realizarme una blefaroplastia estética?
La blefaroplastia estética es la intervención quirúrgica indicada para corregir los problemas palpebrales relacionados con la edad.
El candidato ideal es toda aquella persona con expectativas de resultados realistas, con buena salud y estabilidad psicológica. No hay una edad concreta para realizarse una blefaroplastia estética pues el proceso de envejecimiento es particular en cada persona, siendo más frecuente a partir de la década de los 40 años.
Eliminar las arrugas y las bolsas con un tratamiento ambulatorio
La blefaroplastia suele realizarse de forma ambulatoria con anestesia local, aunque muchas veces se combina con sedación.
La cirugía básicamente consiste en extirpar el exceso de piel y de grasa a través de una incisión. En el párpado superior ésta se coloca siguiendo su surco cutáneo natural y en el párpado inferior la incisión se coloca justo debajo de la línea de las pestañas. Cuando el párpado inferior no tiene arrugas, las bolsas pueden extirparse también a través de una incisión interna en la conjuntiva.
Preparación antes de la blefaroplastia
La preparación preoperatoria consiste en una buena historia clínica y exploración física. El especialista cirujano puede requerir al paciente que aporte un reconocimiento médico de aquellas enfermedades generales o tratamientos médicos habituales que puedan contraindicar la cirugía. Además, cualquier problema ocular previo debería ser estudiado por un oftalmólogo antes de indicar una blefaroplastia. Una analítica preoperatoria que incluya pruebas de coagulación de la sangre es indispensable antes de practicar cirugía alguna.
Cuidados esenciales después de la blefaroplastia
Después de la cirugía la zona intervenida va a estar inflamada. La hinchazón local puede dificultar la apertura ocular durante los primeros días. Es muy frecuente la aparición de derrames sanguíneos debajo de la piel (morados) que tardarán unas dos semanas en reabsorberse.
Se aconseja el descanso nocturno con el cabezal elevado y la aplicación de frío local para mejorar la inflamación postoperatoria. Según el caso, se indicarán lubricantes oculares para evitar la sequedad del ojo.
Es fundamental evitar la exposición solar para prevenir pigmentaciones residuales, por lo que deberán usarse gafas de sol y, cuando los puntos de sutura se hayan retirado, podrán aplicarse también filtros solares en forma de crema. El uso de lentillas o de maquillaje deberá suspenderse hasta que mejoren las condiciones locales.
Aunque al mes el aspecto ya es notable, deben transcurrir un mínimo de tres meses para apreciar un resultado estable.