Consejos para mantener el bienestar en la menopausia
Generalmente, se habla de menopausia en un sentido amplio, englobando términos como perimenopausia, postmenopausia y premenopausia. De este modo, nos referimos a aquella etapa en la que se comienza a experimentar los cambios hormonales y clínicos de la falta de hormonas y que se continúa tras un año de la última menstruación, con la menopausia ya instaurada de forma definitiva.
Puede ocurrir entre los 45 y 55 años de edad y varía según la genética y factores ambientales.
Los síntomas son muy variables y de distinta intensidad según cada paciente.
Este periodo afecta significativamente a la calidad de vida de algunas mujeres que precisan tratamientos de distinta índole para tener una vida plenamente funcional.
Durante muchos años se ha ignorado este periodo considerándolo algo normal, sin importar el grave deterioro que supone para algunas pacientes. Actualmente, su tratamiento puede evitar problemas depresivos, de pareja, o incapacitantes para realizar una vida plenamente activa.
El incremento de la longevidad prolonga también la menopausia, por lo que cuidar la salud en esta etapa influye sobre la calidad de vida futura y contribuirá a prevenir la aparición de trastornos asociados.
Síntomas de la menopausia
Hay gran variedad de síntomas que afectan a distintas órganos, aparatos y, por supuesto, en diferente intensidad según cada caso.
- Menstruaciones irregulares en la premenopausia, con hemorragias o retrasos.
- Sofocos o bochornos, sudoraciones nocturnas, con sensación súbita de calor por todo el cuerpo pero principalmente en cara y cuello, impidiendo el descanso nocturno.
- Sequedad vaginal que afecta a la elasticidad y lubricación de la vagina afectando a las relaciones sexuales y provocando molestias de distinta índole en esa zona.
- Sequedad de la piel y mucosas. La piel se atrofia, se vuelve más fina y seca, así como las mucosas de los ojos y boca.
- Enfermedades cardiovasculares, como aumento del colesterol que, unido al deterioro vascular, predisponen a los ictus e infartos.
- Alteraciones emocionales, como irritabilidad, ansiedad, depresión, cambios bruscos del estado de ánimo, disminución de la libido, dificultad para la concentración, etc.
- Osteoporosis, aumentando el riesgo de fracturas espontaneas y de deformidades, principalmente de la columna vertebral, ocasionando también dolor óseo y otros de tipo radicularrradiado.
- Palpitaciones, insomnio, vértigo, cefaleas.
Menopausia: consejos para mantener tu bienestar
- Procurar mantener una dieta sana, saludable y equilibrada.
- Mantener una vida activa física y mentalmente.
- Beber abundantes líquidos.
- Evitar los tóxicos como el tabaco, café y el alcohol.
- Tratar y prevenir complicaciones con tratamientos adecuados.
Tratamiento de la menopausia
Cada persona refleja distintos síntomas y de distinta intensidad.
Además, debe hacerse un estudio por un especialista en Ginecología y Obstetricia para valorar aquellos problemas que no se perciben y que sin embargo son fundamentales para la futura calidad de vida. Valorar los niveles en sangre de colesterol, los valores de la tensión arterial, riesgo de tromboembolismo, grado de osteoporosis, valoración del suelo pélvico, incontinencia urinaria, calidad de las relaciones sexuales en relación al estado de las mucosas y el flujo vulvovaginal, etc.
Todo ello unido al resto de síntomas que se perciben (estado anímico, sofocos, insomnio, etc.) influye en la calidad de vida presente y futura.
Dado que, como ya dijimos, con el aumento de la vida media se prolonga la menopausia, con estos tratamientos se pretende que la calidad de vida no se vea restringida e incapacite al paciente. La osteoporosis comienza con una osteopenia o descalcificación del hueso, que no da ningún síntoma pero es de suma importancia detectarlo a tiempo, ya que un tratamiento instaurado a tiempo prevendrá deformidades de la columna, pinzamientos, dolor, incapacidades y fracturas espontaneas.
Según la intensidad y tipos de síntomas se puede mejorar la calidad de vida de forma muy diversa con tratamientos naturales, hormonales o con tratamientos de las distintas patologías como la osteoporosis, depresión, insomnio o disfunciones sexuales
Tratamiento natural de los síntomas de la menopausia
Hay múltiples tratamientos basados en combinaciones para tratar los distintos síntomas:
- Fitoestrógenos derivados de la soja.
- Cimicífuga.
- Extractos de polen.
- Salvia, melatonina, etc.
- Calcio, vitamina D y tratamientos para la osteoporosis.
Hay que vigilar y tratar el exceso de colesterol, triglicéridos, la diabetes, hipertensión, depresión, ansiedad, etc.
Algo muy importante es el dolor producido por las relaciones sexuales a causa de una falta de hidratación y lubricación de la zona. Todo ello comporta un rechazo y una disminución de libido que forman un círculo vicioso y que empeora la situación y deteriora las relaciones de pareja.
Para ello pueden utilizarse lubricantes y cremas hidratantes vaginales y vulvares. Actualmente disponemos de un tratamiento novedoso que es la infiltración con ácido hialurónico específico para ese uso y que debe ser administrado por profesionales específicamente formados. El objetivo del tratamiento consiste en bioestimular, rehidratar y restaurar el trofismo de la zona genital vulvovaginal, para proporcionar una mejora en la sequedad y elasticidad de la zona, disminuyendo las molestias que por diferentes motivos (menopausia, lactancia, episiotomías, etc) presentan muchas mujeres, de forma habitual o solo durante las relaciones sexuales.
Si no fuese suficiente se podrían realizar otros tratamientos como puede ser el láser.
Menopausia: tratamiento con hormonas
Son los más efectivos cuando los síntomas son intensos. No debemos de tenerles miedo, ya que el profesional hará un estudio exhaustivo para ver cuál es el indicado y si el paciente no presenta contraindicaciones.
Cada vez, las evidencias científicas se pronuncian más a favor de utilizar estos tratamientos, ya que la probabilidad de desarrollar un cáncer de mama en 5 años de tratamiento hormonal es prácticamente igual al de la una mujer que no lo ha utilizado.
El riesgo de trombosis depende de la genética, predisposición familiar, y sobre todo de si se asocian otros factores de riesgo tales como tabaquismo, obesidad, sedentarismo, hipertensión, etc., todo lo cual será valorado por su especialista.