Crisis de asma: síntomas y tratamiento

Crisis de asma: síntomas y tratamiento

Top Doctors
Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 12/10/2018

El asma es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia debido sobre todo a los cambios en nuestras condiciones de vida y al medio familiar. Una crisis de asma es un episodio de dificultad para respirar con tos, sibilancias (silbidos o pitos en el pecho), fatiga y opresión torácica. La causa es una disminución del flujo aéreo por obstrucción e inflamación bronquial. Las crisis de asma provocan un gran impacto físico y emocional al paciente y su familia. 

La instauración de una crisis de asma puede ser rápida o lenta. 

  • La rápida se caracteriza por un predominio de la broncoconstricción, una mayor gravedad inicial y una respuesta al tratamiento más rápida y favorable. Está causada por aeroalérgenos, alérgenos y aditivos alimentarios, fármacos, contaminantes del aire, ejercicio físico, estrés, frío o humedad. 
  • La lenta se caracteriza por un predominio de la inflamación, una respuesta peor al tratamiento y estar causada por infecciones virales respiratorias o por padecer un asma mal controlado o tratado inadecuadamente.
  • Los niños con asma que conviven con fumadores tienen crisis asmáticas más a menudo, son más graves, más difíciles de controlar y precisan de más medicación. 

 

Síntomas y tipos del asma bronquial

asma niñosPara valorar la gravedad de una crisis de asma hay que examinar el estado de conciencia, la presencia de disnea y tiraje, la auscultación respiratoria, la frecuencia respiratoria y cardíaca y la saturación de oxígeno. 

  • Por ejemplo, en una crisis leve el niño tiene una conciencia normal, habla con frases normales, presenta disnea al andar pero no tiene tiraje. En la auscultación se oyen sibilancias moderadas, la frecuencia respiratoria es inferior a 20 - 30 respiraciones por minuto (según la edad), la frecuencia cardíaca es inferior a 100 latidos por minuto, en todas las edades, y la saturación de oxígeno es igual o mayor del 95%.
  • Sin embargo, en una crisis grave el niño presenta agitación, somnolencia o confusión, habla entrecortada, dificultad para comer, disnea en reposo y tiraje intenso. En la auscultación se oyen sibilancias intensas, la frecuencia respiratoria es superior a 25 - 50 respiraciones por minuto y la cardíaca es superior a 120 - 130 latidos por minuto, según la edad, y la saturación de oxígeno es inferior del 92%.
  • Los factores de riesgo de padecer una crisis de asma de riesgo vital son: historia previa de ingreso en Unidad de Cuidados Intensivos, dos o más ingresos en el último año, múltiples consultas a los Servicios de Urgencias en el año previo, enfermedad cardiovascular, abuso de fármacos broncodilatadores, instauración súbita de la crisis y ausencia de controles periódicos de su enfermedad.

 

Tratamiento de una crisis de asma

El tratamiento de una crisis de asma principalmente se basa en la administración de broncodilatadores y de corticoides sistémicos. Se recomienda el uso precoz de oxígeno cuando la saturación es inferior del 94% y en asma de riesgo vital. 

 

  • Para los broncodilatadores la vía de administración de elección es la inhalatoria por su mayor efectividad, rapidez de acción y menores efectos secundarios. El sistema de inhalador presurizado con cámara espaciadora es tan efectivo, incluso más, que los nebulizadores y es aconsejable para todas las edades. El sistema de nebulizador se debe reservar cuando se requiera aporte de oxígeno en crisis graves. Las dosis dependen de la gravedad de las crisis y de la respuesta a las dosis iniciales.
  • Los corticoides sistémicos se administran por vía oral. Su uso precoz, durante la primera hora de la crisis, reduce la hospitalización. Se dan en tandas de entre 3 - 5 días y se pueden interrumpir sin reducción gradual de la dosis. Su uso da lugar a menos recaídas, menos consultas y menos uso de broncodilatadores. Están especialmente indicados en crisis moderadas y graves, en crisis leves con necesidad de broncodilatadores antes de 3 ó 4 horas y en asma de riesgo vital.
  • Tras la resolución de la crisis el pediatra debe valorar el asma, prescribir un tratamiento de mantenimiento, programar controles periódicos, supervisar la adherencia al tratamiento y la técnica de inhalación, estudiar los factores desencadenantes y aplicar un plan de acción basado en síntomas y de intervención educativa.
Pediatría