Cuando el deporte pasa de ser saludable a una obsesión
La sociedad, cada vez más, se preocupa por tener el “cuerpo perfecto”. Nueve de cada diez deportistas usan suplementos nutricionales y siguen dietas sin asesoramiento médico. La Dra. Arenas, experta en Nefrología, asegura que poder comprar de forma libre esas sustancias y considerarlas “naturales” favorece su uso, pero ella asegura que esto no quiere decir que estén “libres de peligro”.
Dogmas dietéticos del deporte que carecen de evidencia científica
Aunque los atletas han de llevar una alimentación especial, adecuada a su nivel de ejercicio, el abuso durante largos periodos de cantidades importantes de algunas sustancias sin control, tiene consecuencias negativas para la salud, tanto a corto como a largo plazo .
Es el caso de las dietas hiperproteicas, en las que, si se no se tienen en cuenta las cantidades máximas de proteínas que se pueden ingerir ni el tiempo de consumo, acaban generando toxinas que dañan el funcionamiento del colon, la mucosa gástrica y el riñón.
Aunque nuestro organismo es capaz de metabolizar y eliminar adecuadamente sustancias habituales de la dieta, como la colina o la L-carnitina, si se consumen a dosis adecuadas . El abuso en su ingesta, con el fin de perder grasa, genera un desequilibrio de la flora intestinal con sobrecrecimiento de las bacterias especializadas en su digestión, provocando que se generen más toxinas y menos carnitina. Estas toxinas aceleran la enfermedad cardiovascular y la progresión de la enfermedad renal, y, las personas trasplantadas de riñón pueden tener un retorno temprano a la hemodiálisis. A modo de ejemplo las cantidades de L -carnitina que consumen algunos deportistas equivaldría a la ingesta diaria de más de un kilo y medio de carne de vaca.
Vitaminas y minerales, como la vitamina A, Niacina, Zinc y selenio, que son sustancias naturales presentes en nuestra alimentación también pueden convertirse en tóxicos para nuestro organismo si se consumen a altas dosis y durante periodos prolongados, y generar náuseas, vómitos , diarrea, aumento de las enzimas hepáticas y/o ulcera péptica.
Fármacos y sustancias diversas para elevar el rendimiento
Cuando una persona empieza a tomar suplementos nutricionales libremente para mejorar su físico y la capacidad de realizar ejercicio, corre el riesgo de caer en el consumo de fármacos y sustancias diversas “no tan naturales” para mejorar el rendimiento. Las complicaciones hepáticas y renales que han requerido hospitalización y diálisis han aumentado en los últimos cuatro años. Este aumento se relaciona con el consumo de esteroides anabolizantes, que provoca fallo hepático y aumento de la bilirrubina, y enfermedades como la nefropatía biliar aguda y la nefropatía tubulointersticial. Gran parte de los culturistas, debido al abuso de estas sustancias, desarrollan una enfermedad renal llamada glomeruloesclerosis focal y segmentaria, que es una cicatriz en los riñones que hace que estos pierdan proteínas en la orina y dejen de funcionar. La causa está en una sobrecarga de los riñones, parecido a lo que ocurre en los pacientes con obesidad mórbida, pero más grave.
Los anabolizantes también producen otros efectos secundarios, como el acné, alteraciones sexuales o de la personalidad. También producen aumento del calcio en sangre, que también puede dañar. El riesgo de muerte entre estos usuarios crónicos de esteroides anabolizantes es 4,6 veces mayor que en la población normal ajustada por edad.
Otro tratamiento consumido por deportistas es el Clenbuterol, un fármaco que sirve para tratar el asma agudo, pero que posee también propiedades anabolizantes que aumentan la masa muscular, por lo que se utiliza en culturismo. Sin embargo, se han descrito casos de arritmias y alteraciones del potasio, magnesio y fosfato, que pueden producir muerte súbita. La creatina también se usa con frecuencia para aumentar la masa muscular y mejorar el rendimiento atlético. La creatina tiene la capacidad de aumentar los niveles de creatinina, aunque sin que signifique daño de la función renal. El problema es que, en este contexto , unos niveles elevados de creatinina en los análisis pueden significar suplementación con creatina o daño renal real , con lo que es necesario que sea el nefrólogo quién analice la situación y diferencie entre ambas cuestiones.
Realizar deporte sin control también comporta otros riesgos, como puede ser la rabdomiolisis de esfuerzo, que resulta del daño muscular y la liberación de los componentes musculares intracelulares que se filtran a la circulación produciendo dolor. La rabdomiolisis provoca dos problemas importantes:
- Rabdomiolisis severa con complicaciones de riesgo vital
- Rabdomiolisis leve-moderada de repetición con elevación constante de la CPK, que requiere un estudio para determinar defectos metabólicos.
Entrenar disminuye la posibilidad de sufrir rabdomiolisis, pero puede afectar, ocasionando daño renal, incluso a deportistas entrenados si se dan ciertas condiciones como la falta de aclimatación al calor, sudoración profusa, falta de reposición hidroeléctrica adecuada o elevada temperatura ambiental. Una persona sana que se someta a un ejercicio extremo puede presentar rabdomiolisis, como ha sido descrito tras las clases de spinning.
A día de hoy, uno de cada diez asistentes al gimnasio consume estas sustancias y están convencidos de que los beneficios de estas son mayores que los inconvenientes. Muchos de ellos se arriesgan a consumirlos sin supervisión médica, los combinan con otras sustancias y toman dosis muy superiores a las que el cuerpo puede asimilar. Esta obsesión por el culto al cuerpo es una patología emergente generada por los nuevos valores que la sociedad otorga al físico.