¿Cuándo es necesario un trasplante de córnea?
La córnea es un tejido trasparente que permite el paso de la luz hacia el interior del ojo; además, tiene forma cupuliforme para enfocar las imágenes en la retina. Cualquier circunstancia que haga que la cornea pierda su trasparencia (cicatriz post-traumática, tras una infección bacteriana o vírica) o que haga que se deforme (queratocono) implica que tiene que ser sustituida por un tejido sano mediante un trasplante.
Técnica trasplante de córnea
Hoy en día la técnica del trasplante de córnea ha evolucionado mucho; tanto, que podemos trasplantar solo la parte de la cornea enferma. De esta forma, tenemos trasplantes lamelares anteriores, donde solo se sustituye la parte anterior de la córnea; trasplantes endoteliales, en los que se trasplanta la cara interna de la córnea; y trasplantes de espesor completo.
Los trasplantes lamelares anteriores (DALK) están indicados en pacientes con queratocono o cicatrices corneales (la causa más frecuente es a consecuencia de una infección herpética). Los trasplantes endoteliales (DSAEK o DMEK) están indicados en pacientes con distrofia endotelial de Fuchs o córnea Guttata.
Preparación del paciente para un trasplante de córnea
EL paciente precisa de una exploración oftalmológica completa y un análisis detallado de la cornea para determinar la profundidad de la lesión en el caso de los trasplantes lamelares anteriores. En el caso de los trasplantes endoteliales, precisa la realización de una iridotomía (agujerito en el iris) que puede realizarse preoperatoriamente o intraoperatoriamente según el criterio del cirujano.
Como toda intervención precisa de un preoperatorio con analítica y estudio de la coagulación.
Riesgos del trasplante de córnea
Como toda intervención, el trasplante de córnea no está exento de riesgos. Intraoperatoriamente se pueden producir hemorragias que, aunque son extraordinariamente raras, constituyen una complicación muy grave.
En el postoperatorio inmediato pueden ocurrir infecciones que también son muy infrecuentes y que tienen que tratarse agresivamente con antibióticos; eventualmente, además, requieren de una segunda intervención para sustituir el tejido infectado.
Por otro lado, y como todo trasplante, puede ocurrir un rechazo del tejido, si bien la córnea es un tejido inmunológicamente privilegiado, ya que carece de vasos, hecho que hace del rechazo algo poco frecuente, (aunque los pacientes tienen que estar informados e instruidos sobre cómo actuar ante esta situación ya que un rechazo si se trata enérgicamente a tiempo se puede revertir).
Recuperación tras un trasplante de córnea
El paciente puede hacer vida normal a partir de los 15 – 30 días de la intervención. En el trasplante endotelial (DSAEK o DMEK) la recuperación visual se consigue muy rápidamente (como media a los 3 meses) ya que no precisa puntos, mientras que los trasplantes lamelares anteriores y de espesor completo tienen una recuperación más lenta y pueden requerir del uso de gafas o de lentes de contacto para su recuperación visual.
Para más información consulta con el oftalmólogo.