Cuatro preguntas clave sobre el aneurisma
¿Qué es el aneurisma de aorta?
La aorta es el principal conducto del organismo, el que lleva sangre desde el corazón hacia todo el resto del cuerpo. Puede sufrir un proceso que se llama aneurisma, o degeneración aneurismática, que consiste en dilatación de sus paredes, de forma que puede llegar a romperse y provocar una hemorragia interna. Estas situaciones pueden ser muy graves, como es lógico, y lo más importante es una detección temprana.
¿Cuáles son las causas del aneurisma y qué síntomas presenta?
La mayoría de las veces los aneurismas se producen por el tabaco, por la hipertensión arterial, o bien por que haya antecedentes en la familia de problemas de aorta o de problemas de aneurisma. Entre sus síntomas, la verdad es que la mayoría de las veces son asintomáticos, es decir, que el paciente hace una vida normal y debido hoy en día a que hacemos pruebas diagnósticas, de escáner, de resonancia, de ecografía, por cualquier otro motivo se encuentran de manera casual en la mayoría de los casos. Es decir, un paciente puede tener un aneurisma incluso grande y no tener ningún síntoma. Lo que pasa es que sí que ocurren síntomas cuando se complica, es decir, cuando se rompe o cuando sufre una hemorragia interna por rotura.
¿Qué tipos de aneurisma existen?
Los aneurismas se clasifican en base al criterio de cuál es su etiología, cuál es su localización, porque puede ser torácico o pueden ser abdominales, toracoabdominales… Y también en base al tipo de morfología que tienen. Lo más importante, distinguir lo más frecuente, que son los aneurismas de aorta abdominal, que ocurren en la zona abdominal de la aorta y los aneurismas torácicos. Y los pacientes, o los tipos de aneurismas quizá más peligrosos, son aquellos que ocurren en zonas de la aorta donde nacen ramas vitales para el organismo.
Por ejemplo si ocurre un aneurisma en la zona de cayado de la aorta, donde salen las arterias de la carótida y las arterias que riegan el cerebro, o si ocurre un aneurisma toracoabdominal, que llamamos nosotros, que esté justo en la zona de donde salen las arterias para los riñones, para el intestino… esos son los más peligrosos, porque para poder tratarlo tenemos que tener muy presente mantener la vascularización de los territorios de las arterias que salen de la zona. Todo esto ha evolucionado muchísimo en los últimos años, y se han desarrollado numerosas técnicas, tanto abiertas como endovasculares para poder tratar casos que hace no tantos años pensábamos que eran inoperables.
¿Cómo se pueden tratar los aneurismas?
Respecto al tratamiento de los aneurismas, depende, lógicamente, de la localización que tenga. Los aneurismas de aorta ascendente, o de cayado requieren normalmente cirugía abierta y utilización de circulación extracorpórea. Los de torácica descendente o los abdominales cada vez más los hacemos con técnicas que llamamos endovasculares, son técnicas mínimamente invasivas, con prótesis hechas a medida prácticamente para cada paciente y son intervenciones que se hacen normalmente a través de la ingle con unas pequeñas incisiones e introduciendo prótesis que recubren el aneurisma por dentro, desde la ingle o desde las femorales, desde dentro, haciendo que no sea necesario abrir las cavidades para llegar al aneurisma propiamente.
De todas formas, hay casos en los que hay mejores resultados con cirugía abierta en lugar de endovascular, y desde luego cada caso es especial y requiere un estudio completamente minucioso para decidir para cada paciente y para cada tipo de aneurisma cuál es el tratamiento mejor indicado. Lo importante es que le traten profesionales que lo hagan de forma cotidiana y que estén disponibles todas las opciones de tratamiento, tanto abiertas como endovasculares, de forma que de forma objetiva se pueda recomendar a un paciente cuál es el mejor tratamiento para su caso.