Curación del cáncer de riñón: importancia del diagnóstico precoz
El tipo más frecuente de cáncer de riñón es denominado carcinoma de células renales (CCR). Se trata de un tumor de crecimiento progresivo (aproximadamente 1 cm al año) que suele ser único. Los pacientes con tumores bilaterales, los que presenta esta enfermedad a edad temprana y los que presentan tumores múltiples pueden presentar una predisposición genética para formar CCR, tal como ocurre en los pacientes con la enfermedad de Von Hippel Lindau -VHL.
Pacientes con riesgo de cáncer de riñón
Como se ha comentado anteriormente, hay grupos de pacientes en los que hay que realizar un seguimiento periódico, dado que presentan alto riesgo de desarrollar tumores renales. Es el caso de los pacientes y familiares de pacientes con enfermedad de Von Hippel-Lindau (VHL), para los que están disponibles pruebas genéticas en busca de la mutación del gen VHL. Tanto los pacientes con VHL, como los diagnosticados de otra enfermedad llamada Esclerosis tuberosa, así como los pacientes con fracaso renal terminal que reciben tratamiento mediante diálisis durante periodos prolongados de tiempo constituyen un grupo de alto riesgo para el desarrollo de cánceres renales, por lo que deben ser evaluados mediante ecografía o TC periódicamente, para detectar tumores en fase precoz y curable.
Síntomas y diagnóstico del cáncer de riñón
Hasta el uso extendido de la ecografía y otras técnicas diagnósticas como el TC, muchos carcinomas de células renales (CCR) o cánceres de riñón eran diagnosticados en etapas avanzadas de la enfermedad, cursando con determinados síntomas como dolor en el costado, masa palpable en el abdomen o presencia de sangre en la orina (hematuria). Esto era debido a que el riñón es un órgano interno y los tumores renales pequeños no se pueden ver ni sentir mediante un examen físico, así como al hecho de que no existen pruebas sanguíneas o urinarias que permitan realizar un diagnóstico precoz en la población general.
Afortunadamente, un número cada vez mayor de CCR son hallados causalmente durante estudios de imagen (como ecografía o TC), solicitados por motivos tales como dolor abdominal causado por cálculos en la vesícula biliar, dolor costal, etc. En estos casos se pueden diagnosticar tumores renales asintomáticos. Este diagnóstico en etapas tempranas de la enfermedad permite que el tratamiento sea más efectivo, con tasas de supervivencia muy altas.
Opciones de tratamiento del cáncer de riñón
Existen diversas opciones de tratamiento recomendadas por los expertos en Urología para abordar el cáncer de riñón:
1) Cirugía
La cirugía es el tratamiento principal para el carcinoma de células renales (CCR), logrando una curación en más del 80% de los casos. La técnica quirúrgica de elección es normalmente la laparoscopia. Esta técnica es tan efectiva como la cirugía convencional, pero es menos agresiva, permitiendo que el paciente se recupere más rápidamente.
Los tumores de gran tamaño (más de 4cm) requieren, normalmente, la extirpación completa el órgano (nefrectomía radical). En los tumores de menos de 4cm (en algunas ocasiones también en tumores de más de 4cm, según la localización y las circunstancias del paciente), la técnica de elección es la nefrectomía parcial, en la que puede preservarse la mayor parte del riñón intacto, ofreciendo unos resultados de curación a largo plazo superponibles a los de la cirugía radical.
La cirugía laparoscópica se realiza con la inserción, en la pared abdominal, de cuatro a cinco pequeños tubos cilíndricos llamados trócares. A través de éstos, se introducen instrumentos que permiten la visión ampliada y el tratamiento del riñón afectado, con exéresis, total o parcial, del mismo. La extracción del riñón (o sólo del tumor en caso de nefrectomía parcial) se realiza, tras colocarlo en una bolsa, ampliando una de las incisiones de trócar hasta aproximadamente 5 cm.
2) Tratamiento generalizado en enfermedad metastásica
Aunque los tratamientos curativos para el cáncer de riñón implican la extirpación del tumor local, cuando el cáncer se ha extendido más allá del riñón es necesario tratamiento de todas las áreas del cuerpo (terapia sistémica). Existe, en la actualidad, la posibilidad de tratar a pacientes con metástasis de tumores renales mediante tratamientos administrados por vía oral que permiten aumentar la expectativa de vida del paciente, proporcionándole así mismo una mejora en la calidad de vida.
3) Terapias futuras
Se está investigando en las causas del cáncer y las formas de prevenirlo, así como en nuevos tratamientos más eficaces y con menos efectos adversos. En este sentido, se están comenzando a entender las formas que causan que las células renales se vuelvan cancerosas. Muchas investigaciones se centran ahora en cómo las mutaciones de los genes en los cromosomas 3, 7 y 17 dan lugar a cánceres renales, y cómo afectan los cambios genéticos vistos en las células tumorales en su capacidad para crecer e invadir otras estructuras. Se espera que esta información sea útil para el desarrollo, en el futuro, de nuevas vías de tratamiento más efectivas y con menores efectos adversos.