Diagnóstico y tratamiento de los acúfenos
Diagnóstico y tratamiento de los acúfenos
Los acúfenos es un síntoma que puede ser causado por distintas patologías relacionadas o no con el oído. También puede ser la consecuencia de un tratamiento. Su aparición se realiza a cualquier edad y sin distinción de sexo. En su diagnóstico, el primer paso a realizar es consultar el historial clínico, el cual nos informará sobre el tiempo de instauración, su intensidad, su relación con maniobras desencadenantes y la presencia de síntomas asociados como la sensación de oído lleno, hipoacusia e hiperacúsia.
Diagnóstico de los acúfenos
Una vez consultada la historia clínica, debemos preguntar al paciente sobre la manifestación de antecedentes médicos no relacionados con el oído como alteraciones de la tensión arterial, del azúcar, del tiroides, modificaciones recientes en alguna medicación y accidentes o traumas de columna o cervicales. También sobre si existe la presencia de antecedentes familiares en enfermedades del oído.
Posteriormente, se realizará una otoscopia, es decir, una inspección del oído externo y medio, observando las partes que los forman: el pabellón auditivo, el conducto y el tímpano. Cuando la causa de los acúfenos se encuentra en el conducto auditivo, como en el caso de tapón de cera, o en el oído medio, con otitis media aguda o secuelas postotíticas, podemos identificarla y guiará el resto de las exploraciones. En caso de que el conflicto no esté en el oído o esté en el oído interno, la otoscopia será la habitual.
Por otra parte, la audiometría es una prueba importante debido a que muchas de las patologías del oído pueden originar el acúfeno y alterar la audición. La prueba consiste en colocar al paciente unos auriculares y mediante la emisión de unos pitidos éste debe comunicar la escucha del ruido al explorador apretando un botón o levantando la mano. El inconveniente de este procedimiento es que es una prueba subjetiva (el paciente debe oír, identificar el estímulo y comunicarlo al especialista) y existen pacientes que confunden sus pitidos con el estímulo.
Otro paso importante es la valoración que causa el impacto del acúfeno en la calidad de vida del paciente y el estrés que éste genera. Para ello no existen estudios directos, por lo que los especialistas en Otorrinolaringología aplicamos cuestionarios estandarizados y validados que nos orientan sobre la manera en que afecta el acúfeno al paciente y cómo lo enfoca él.
Cabe destacar que es importante explorar específicamente la articulación temporo-mandibular, debido a que su patología se asocia frecuentemente a la presencia de acúfenos.
Los análisis de sangre y las pruebas radiológicas, fundamentalmente de cráneo y columna, son un complemento de las anteriores, para descartar alguna patología sistémica que pueda ser la causa.
¿Cómo se tratan los acúfenos?
El primer paso es detectar la causa del trastorno, ya que su tratamiento mejorará la del cuadro que presente el paciente, por ejemplo si es un tapón, quitarlo; si es por hiper o hipotensión, problemas del azúcar o tiroides. En todos los casos, debemos repasar la medicación que toma el paciente habitualmente para detectar si alguna podría causar o empeorar el acúfeno.
El paciente debe tener claro que establecer la causa del acúfeno y poder eliminarla y con lo cual suprimir el acúfeno, es la excepción. Lo habitual es que no podamos encontrar claramente una causa, pero sí poder orientar el tratamiento, aunque no la eliminación del acúfeno, sino la disminución del impacto que genera sobre la calidad de vida del paciente.
En los últimos años se han realizado pruebas con multitud de tratamientos farmacológicos, desde vasodilatadores hasta protectores metabólicos, vitaminas y muchos otros. Cada uno de ellos tiene su función en casos concretos, pero no existe un fármaco comodín que se pueda aplicar en todos los casos.
En la actualidad, el tratamiento es multidisciplinar, es decir, se implican profesionales de distintas áreas como el otorrinolaringólogo, el audioprotesista e incluso el psiquiatra. Son tratamientos de larga duración y concretos para cada paciente, pero que tienen como resultado una mejoría en más de un 80% de los casos, lo cual no significa necesariamente que el acúfeno desaparezca, sino que se hace tolerable para el paciente.
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