Diagnóstico y tratamiento del vaginismo
El diagnóstico del vaginismo se hace a través de la exploración externa, la ecografía abdominal o intravaginal y la resonancia magnética, entre otras técnicas.
Si se realiza un examen pélvico éste puede revelar una contractura de la musculatura perineal y de los músculos elevadores del ano con aducción de los músculos.
Tratamiento del vaginismo
La dispareunia funcional puede tratarse con consejos y psicoterapia. En el caso que la paciente tenga pareja ésta también deberá ser entrevistada.
Los especialistas en Medicina Estética aconsejan las caricias precoitales, el lubricante vaginal y, en la menopausia, a veces se recomienda el rejuvenecimiento vaginal láser.
En el caso de la dispareunia orgánica se tratará la causa subyacente, ya sea el himen rígido o la cervicitis.
Por otra parte, cuando el vaginismo lo causa una fuerte contracción de los músculos vaginales sin causa funcional o física el mejor tratamiento son las terapias con toxina botulínica.
En ocasiones, además, puede ser necesario la aplicación de sedantes suaves u otros relajantes musculares que alivian la tensión emocional y ayudan a no tener contracturas.
Pronóstico del vaginismo y tratamiento
La dispareunia funcional y la dispareunia orgánica desaparecen con rapidez tras eliminar las causas que las provocan.
Cuando el vaginismo es primario, es decir, sin causa física, el tratamiento médico del vaginismo más efectivo es el empleo de toxina botulínica, que se inyecta en la musculatura vaginal que se encuentra contraída involuntariamente con el fin de relajarla e impedir su contracción involuntaria. El tratamiento es solo médico, en consulta, de forma ambulatoria, con anestesia local mediante crema anestésica de la zona y mediante mínimas inyecciones en la musculatura vaginal se va inyectando la toxina botulínica.
Se precisan de 1-4 sesiones de toxina botulínica para obtener un resultado definitivo del vaginismo.