Disfunción eréctil: cómo se trata y cómo se previene
¿Cuáles son los tratamientos?
Lo correcto ante una disfunción eréctil es diagnosticar la causa o causas que la han originado con el fin de poderlas tratar de manera adecuada. Así pues, es posible aportar testosterona de manera fácil cuando existe un déficit de la misma o realizar un abordaje psicológico cuando se demuestra que no existen alteraciones físicas de la erección. Los factores de riesgo, sobretodo vascular deben ser corregidos o tratados de forma adecuada (tratamiento antihipertensivo, tratamiento para disminuir el colesterol, adelgazar, dieta, ejercicio físico, abandono del tabaco, etc.). Si existen factores tóxicos deben establecerse metodologías para poderlos suprimir. En caso de fármacos, pueden eliminarse si es posible o sustituirse por otros que no afecten tanto a la erección.
En un gran número de casos no puede realizarse el tratamiento de la causa y debe abordarse el tratamiento sintomático. Consiste en aplicar metodologías que permiten conseguir una erección en el momento deseado. La primera línea terapéutica viene dada por los denominados fármacos orales inhibidores de la 5 fosfodiesterasa como son el sildenafilo (Viagra (r)), tadalafilo (Cialis (r)) y vardenafilo (Levitra (r)). Actúan a nivel del pene favoreciendo una mayor persistencia de los elementos moleculares responsables de la erección. La elección del fármaco más adecuado depende de diferentes factores como la frecuencia y costumbres sexuales.
Si no hay una buena respuesta a los fármacos orales, cabe la posibilidad de inyectarse en el pene un fármaco vasodilatador como la prostaglandina E. Este mismo fármaco se puede administrar en forma de una pequeña cápsula introducida en el meato de la uretra. También se puede aplicar un mecanismo de erección por vacío. Es un sistema mecánico que consiste en colocar un cilindro alrededor del pene que permite realizar el vacío con lo que se aspira sangre hacia el órgano, consiguiéndose la rigidez que se mantiene mediante una anilla que se coloca en la base del pene al mismo tiempo que se retira el mecanismo.
En ocasiones, como es el caso de determinados diabéticos en los que concurren alteraciones vasculares y neurológicas de la erección, no se consigue una adecuada respuesta con los tratamientos mencionados. En estos casos, siempre es posible recurrir al implante de una prótesis peneana. Consiste en implantar unos cilindros en el interior de los cuerpos cavernosos (contienen el tejido de la erección) que se llenan de líquido procedente de un depósito colocado en el escroto o en el hipogastrio al activar un sistema de bomba insertado en el escroto en el momento que se desee mantener actividad sexual. En estos casos, la rigidez del pene se mantiene el tiempo y las veces que se desee.
¿Cómo se puede prevenir?
La disfunción eréctil se puede prevenir llevando una vida sexual regular y frecuente. La dieta mediterránea, el ejercicio físico y el abandono de hábitos tóxicos pueden evitar problemas de erección, así como el control adecuado de enfermedades que pueden originarlos. Ante la persistencia de fallos de la erección es conveniente consultar al especialista, sin demorarlo en exceso, con el fin de poder aplicar el tratamiento más adecuado.