El acné no está causado por la ingesta de ciertos alimentos
Los especialistas en Dermatología afirman que el acné es una enfermedad muy común que se manifiesta en forma de granos o espinillas. Se da en la adolescencia, aunque no es exclusiva de esta edad ya que se ha visto un aumento de casos en mujeres de la edad adulta.
Aparece en zonas de la piel con exceso de sebo o grasa, siendo sobre todo muy frecuente en la cara aunque también puede aparecer en la espalda, el pecho, los hombros y el cuello.
El acné se produce cuando el folículo piloso, es decir, el canal que une las glándulas sebáceas de la piel con los poros de la piel, se tapona. Cuando esto pasa, aumenta la secreción de grasa por las glándulas sebáceas que queda atrapada dentro del folículo. En algunos casos, también hay una sobreinfección por una bacteria que vive en nuestra piel que se llama P. acnes, la cual se multiplica de forma rápida dentro del poro con grasa, inflamando el folículo, produciendo pus y en algunos casos quistes o nódulos en la piel.
Los estudios médicos más importantes demuestran que el acné no está causado por la ingesta de ciertos alimentos. Sin embargo, algunas personas observan que su acné empeora cuando comen determinados alimentos como chocolate, lácteos, embutido, pan, arroz, patata, pasta o dulces, entre otros.
Tipos de acné
Existen tres tipos de acné: el acné comedoniano, el acné inflamatorio y el acné nódulo-quístico.
- Acné comedoniano: es el más leve. Se conoce también como “puntos negros”. Es producido por un taponamiento del folículo piloso, lo que produce “comedones”. Los comedones pueden ser cerrados o abiertos.
- Acné inflamatorio: En este tipo de acné se pueden encontrar, además, pústulas o pequeñas pápulas con pus, consecuencia de una infección de la piel por la bacteria P. acnes.
- Acné nódulo-quístico: es el tipo de acné más severo. Además de observar las lesiones de comedones y pústulas, se observan nódulos y quistes en la piel que dejan cicatrices y marcas permanentes.
Acné: tratamiento
El tratamiento debe ser personalizado, ya que depende del tipo de acné y de cada paciente. Existen tratamientos tópicos que incluyen medidas higiénicas, antibióticos tópicos y sustancias que ayuden a liberar el folículo ocluido como son los retinoides tópicos, el ácido salicílico, etc. Dentro de los tratamientos sistémicos (orales) se pueden utilizar antibióticos orales como las tetraciclinas.
El único tratamiento definitivo para el acné es la isotretinoína, que es un retinoide sistémico que ayuda en todas las fases del acné. No todos los pacientes llegarán a necesitar este tratamiento, por lo que se debe evaluar cada caso.
¿Cómo prevenir el acné?
La manera de prevenir el acné es llevando a cabo una serie de hábitos higiénicos. Es recomendable realizar una higiene diaria con un jabón neutro dos veces al día. Si el cuero cabelludo es graso, se recomienda lavar cada día la cabeza y evitar el uso de flequillo y/o melenas.
En el caso de necesitar tratamiento tópico, éste debe aplicarse con la cara limpia y siempre en pequeñas cantidades. Lo más importante para disminuir el riesgo de cicatrices es no tocar el acné, ni rascarse o apretar los granos. Es también muy importante no utilizar hidratantes grasos o maquillajes oclusivos.