El bocio simple
El bocio simple es el aumento del tamaño del tiroides. Las causas, antiguamente se situaban en el déficit de la ingesta de lodo, aunque en la actualidad puede estar relacionado con un problema inmunológico.
Generalmente, el bocio simple es asintomático, aunque puede presentar síntomas de comprensión local cuando es grande, como alteración de la voz, tos, dificultad respiratoria o disfagia leve. Cuando se asocia a producción excesiva de hormona tiroidea puede dar síntomas como nerviosismo, pérdida de peso, temblor de manos, sudoración excesiva, taquicardia, insomnio o diarrea, entre otros.
Tratamiento del bocio simple
El bocio con pocos nódulos y de pequeño tamaño (menos de 2 cm) y sin sospecha de malignidad puede mantenerse en observación por parte de un servicio de endocrinología. Cuando existe hipertiroidismo asociado es preciso administrar fármacos antitiroideos que reduzcan los niveles de hormona tiroidea.
El tratamiento quirúrgico se realiza en casos de multiplicidad de los nódulos con tamaño progresivamente en aumento o sospecha de malignidad. Se extirpa la glándula tiroides parcial o totalmente. En casos de malignidad puede ser necesario extirpar algunos ganglios en la proximidad del tiroides.
Indicaciones tras el tratamiento
Los pacientes que han sido sometidos a extirpación completa del tiroides deberán llevar un tratamiento sustitutivo, de por vida, con hormona tiroidea. En el caso de extirpación de la mitad de la glándula, dependerá del diagnóstico y de si la parte tiroidea funcionante que no se ha quitado, compensa o no la falta de producción hormonal del tiroides extirpado.
En ocasiones es preciso llevar durante unas semanas, raramente de por vida, un tratamiento de calcio y vitamina D. Con independencia de esto, la vida se realiza con completa normalidad tras el alta hospitalaria.