El cáncer de piel puede producir metástasis
Podemos agrupar los tipos de cáncer de piel en dos grandes grupos: cáncer cutáneo melanoma (“lunares malignos”) y cáncer cutáneo no melanoma. Dentro de este último grupo hay varios tipos de tumores (carcinomas, sarcomas, linfomas, entre otros). Por frecuencia, los tumores cutáneos más importantes, y en los que nos centraremos, son el carcinoma basocelular, carcinoma escamoso y melanoma maligno.
La predisposición genética es un factor muy importante para el desarrollo de muchos tipos de cáncer de piel. Además, hay otros factores implicados como:
- Exposición a la radiación ultravioleta
- Exposición a ciertos productos químicos
- Personas con inmunosupresión
El diagnóstico precoz del cáncer cutáneo determina el pronóstico de la enfermedad. Es muy importante en el caso del melanoma maligno y del carcinoma escamoso de alto riesgo, ya que ambos son tumores que pueden producir metástasis y, en estadios avanzados, pueden causar la muerte. La supervivencia está directamente relacionada con el estadio del tumor en el momento del diagnóstico.
Por ello, la aparición de manchas oscuras o lunares diferentes, úlceras o heridas que no curan, manchas en la piel de varias tonalidades… nos deben poner en alerta.
Tratamiento cáncer de piel
El tratamiento del cáncer de piel debe ser siempre individualizado ya que depende de diversos factores como el tipo de tumor maligno a tratar, la edad del paciente, enfermedades asociadas, la localización anatómica del tumor y los tratamientos previos realizados. En general, el principal tratamiento es la extirpación quirúrgica. También se puede tratar mediante cremas, criocirugía, curetaje y electrocoagulación, terapia fotodinámica, radioterapia y láser, entre otros.
En el caso del melanoma y el carcinoma escamoso de alto riesgo, también pueden estar indicadas otras intervenciones como la biopsia selectiva del ganglio centinela, la quimioterapia, la inmunoterapia y tratamientos experimentales.