El estreñimiento y su tratamiento
Se considera que una persona sufre estreñimiento cuando el número de deposiciones es inferior a 3 por semana. Esta situación puede acompañarse de otros signos o síntomas como son heces duras y en pequeña cantidad, sensación de evacuación incompleta o sensación obstructiva o de taponamiento, que requiere mucho esfuerzo e incluso maniobras digitales para completar la evacuación.
Cuando esta situación se prolonga por un espacio superior a los tres meses, hablamos de estreñimiento crónico. Lo más frecuente es que el estreñimiento se deba a un trastorno funcional colónico, rectoanal o del suelo pélvico. Pero también puede ser secundario a otras enfermedades metabólicas (diabetes, hipotiroidismo), neurológicas (Parkinson, lesiones medulares) o estar ocasionado por lesiones orgánicas (cáncer colorrectal, estenosis, fisuras, etc).
En otros casos, el estreñimiento puede estar inducido por determinados tratamientos farmacológicos: fármacos bloqueadores de los canales de calcio, opiodes, anticolinérgicos, etc. Todo ello debe ser tenido en cuenta al hacer el diagnóstico clínico.
Consecuencias del estreñimiento
Un porcentaje importante de las consultas por patología anal (hemorroides, fisura) tienen un origen en problemas de estreñimiento crónico. Otras patologías como la enfermedad diverticular de colon o el prolapso rectal pueden verse agravadas por el estreñimiento.
Deshacerse del estreñimiento
Cambiar los hábitos de vida constituye el primer eslabón y el más esencial en el tratamiento del estreñimiento: evitar el sedentarismo con ejercicio o deporte practicados de forma rutinaria; aumentar el contenido en fibra de la dieta, a base de frutas, verduras y cereales integrales e incrementar la ingesta de líquidos: agua, zumos, infusiones y caldos.
Tratamiento
Existe una amplia variedad de tratamientos farmacológicos que incluyen agentes que aumentan el volumen de las heces (plantago ovata), fármacos estimulantes (bisacodilo,sen), osmóticos (magnesia, lactulosa), sustancias lubricantes e incluso probióticos.
El tratamiento difiere en función de si el estreñimiento es debido a un problema motor o funcional del colon o si se trata de un trastorno defecatorio. En el primer caso, el aumento de la fibra puede ser complementado con fármacos osmóticos y en una segunda etapa añadir estimulantes.
Los trastornos defecatorios responden muy bien al tratamiento con rehabilitación (Biofeedback) que enseña a coordinar la relajación con el esfuerzo necesario para la defecación. En definitiva, el tratamiento farmacológico se aplicará en cada caso de forma particularizada.
Los laxantes
El tratamiento con laxantes nunca debe ser planteado inicialmente de forma crónica. Se debe buscar de forma continuada el mejor escenario terapéutico para cada paciente. El abuso de laxantes puede conllevar situaciones indeseables que cursan con afectación de la pared y la función del colon y que pueden exacerbar el estreñimiento hasta hacerlo intratable.
Opciones terapéuticas para el estreñimiento
La cirugía (colectomía) queda exclusivamente reservada para casos muy rebeldes al tratamiento médico y con unas indicaciones muy concretas. Actualmente emergen nuevas técnicas como la neuroestimulación sacra, que a falta de investigaciones más amplias, se perfila como una terapéutica de futuro. También existen nuevos fármacos cuyo uso en esta patología está pendiente de aprobación por los Organismos competentes.