El lifting es la solución contra los signos del envejecimiento
Uno de los anhelos de la sociedad moderna es el de no envejecer. Para ello, técnicas tradicionales como la meditación o el yoga han incrementado sus practicantes en los últimos años. No obstante, existen formas sencillas y menos costosas para tratar de eliminar los signos del envejecimiento. Es el caso del lifting facial, una cirugía estética que permite mejorar los signos del envejecimiento facial que ocurre con el paso de los años, fundamentalmente la laxitud cutánea, el descolgamiento muscular y la pérdida de volumen de grasa.
Lifting contra las arrugas y el descolgamiento facial
El lifting como tal, puede ser frontal, del tercio medio de la cara, o cervical. No obstante, también puede ser una combinación entre ellos, en función de la zona anatómica que el paciente desee mejorar.
Como es evidente, la anatomía y las características físicas de cada paciente son personales, y deben ser analizadas por el cirujano plástico para así poder realizar el lifting que corresponda en cada caso. Lo más habitual es realizar un despegamiento cutáneo, para posteriormente suspender grasa y músculo, consiguiendo así los resultados más naturales y duraderos. Además, hoy en día se asocia a cada lifting la infiltración de grasa propia del paciente para restaurar así los volúmenes faciales perdidos con el paso de los años y la edad (lipofilling).
Posibles riesgos del lifting
Como todas las cirugías, el lifting incluye puede presentar complicaciones que se resuelven fácilmente como inflamaciones, derrames o molestias en las cicatrices. Excepcionalmente puede ocurrir una lesión transitoria en alguna rama del nervio facial que se recupera con los días.
Una recuperación del lifting sencilla y duradera
Una vez realizada la intervención, el paciente debe guardar reposo y evitar hacer movimientos bruscos con la cabeza durante los primeros días. De todas formas, se trata de un post-operatorio muy llevadero para el paciente, que únicamente tiene que llevar un vendaje en la cabeza durante los primeros días para evitar posibles inflamaciones o derrames. Una vez superado el postoperatorio, los resultados del lifting son patentes desde el primer día, y si la cirugía ha sido correctamente realizada y los pacientes se mantienen estables en el peso, pueden durar entre diez y quince años, sin cicatrices visibles, ya que la única cicatriz se sitúa alrededor de la oreja en sus pliegues naturales, y pasa a ser invisible con el paso de los años.