El papel de las emociones durante el embarazo
La maternidad no es solo un proceso biológico, sino también una crisis psicológica durante la cual se reactivan los conflictos infantiles, que ponen a prueba la madurez emocional de la mujer, su identidad y la relación vívida con su propia madre. El embarazo promueve que la mujer se ponga en contacto con las emociones que, a menudo, se manifiestan de forma intensa y contradictoria.
La identificación con la madre tiene influencia en el desarrollo del embarazo. Cuando las hijas han tenido madres poco temerosas, manifiestan menos angustia. En cambio, las mujeres que han sido madres que se quejaban de dolores y miedos, acostumbran a presentar manifestaciones similares que sus propias madres.
Desde el principio de la gestación, el estado de ánimo de la mujer tiende a manifestar hipersensibilidad, que se muestra tanto a nivel físico mediante los sentidos, como a nivel psicológico, a través de las emociones. Hay una correspondencia entre los procesos mentales y las manifestaciones somáticas.
Coderch afirma que: “La maternidad, posiblemente, sea la situación humana donde más interrelación existe entre lo psíquico y lo somático, con recíproca reverberación entre uno y otro aspecto”.
Durante el embarazo los procesos psíquicos se movilizan y generan manifestaciones somáticas. Son bastante frecuentes, sobre todo durante los primeros meses, los siguientes síntomas: vértigo, nauseas, palpitaciones, vómitos, etc.
¿Qué emociones siente una mujer durante el embarazo?
Cada trimestre de la gestación tiene unas características determinadas, relacionadas con las emociones:
• En el primer trimestre predomina la sensación de excitación y ansiedad y las preocupaciones suelen relacionarse con el miedo al aborto y la salud del feto.
• En el segundo predomina la percepción de los movimientos fetales, lo que incrementa el sentido de realidad alrededor de la gestación. La preocupación se focaliza en el buen crecimiento del bebé y el miedo a las malformaciones.
• En el tercer trimestre predomina la preocupación por la salud del bebé y la responsabilidad de ser madre. Hay un deseo de materializar el nacimiento del hijo pero, al mismo tiempo, se intensifica el sentimiento de miedo al parto.
Aunque las alteraciones psicosomáticas sean frecuentes durante la gestación, la transformación psicobiológica que implica el embarazo puede determinar la desaparición de los trastornos que hayan aparecido.
Factores que influyen en las emociones de la mujer durante el embarazo
Los antecedentes históricos de la mujer y el contexto en el que se encuentra influyen en las emociones que aparecen. Las oscilaciones de humor corresponden también al proceso de adaptación a una nueva realidad, que genera ansiedades, inseguridades e inquietudes.
Hay reacciones de ajuste a la situación transitoria mediante: labilidad, pesimismo, preocupación por la salud, quejas somáticas, etc. Asimismo, también hay sentimientos de tristeza por la pérdida del estado anterior, la independencia y el atractivo personal y, al mismo tiempo, hay una tendencia a elevar la autoestima de la mujer que vive el embarazo como un enriquecimiento. En general, la gestación comporta muchos cambios, todo es más intenso para la mujer, crea ilusiones y también angustia. Esto hace que la mujer experimente ambivalencia debido a la riqueza de sentimientos que emergen, lo que provoca una sensación de desconcierto.
Efectos de las emociones durante el embarazo
Helene Deutsch describe cómo se presenta un estado de introversión que se manifiesta mediante una actitud abstraída y una sensación de sueño permanente. Explica este fenómeno como una desviación de las energías psíquicas que se enfocaban al exterior, hacia el interior de la grávida. Esta introversión puede angustiar a la mujer embarazada por no sentirse interesada por las actividades cotidianas
Lo descrito hasta ahora en principio es transitorio, se encuentra supeditado al desarrollo del embarazo, es frecuente y evoluciona durante el periodo de gestación. También representa una oportunidad de crecimiento psicológico para la mujer. Hay que tener presente que la gestación puede favorecer una maduración psicológica vital.
Si la sintomatología que manifiesta la mujer interfiere la adaptación a su estado y la hipersensibilidad es tan intensa es posible que sea necesaria una intervención psicoterapéutica con el especialista en Psicología. Esta intervención también se debe entender como una tarea preventiva para el neonato, debido a que favorecerá que la madre se encuentre en mejores condiciones para ocuparse de él.
Durante el embarazo la mujer vive una crisis psicológica que se puede exteriorizar con diferentes estados de ánimo o mediante manifestaciones físicas. Esta crisis representa una oportunidad de crecimiento psicológico durante el cual la mujer puede salir fortalecida pero también puede que no, y que necesite ayuda psicoterapéutica.