El ruido, una causa de la pérdida de audición
El ruido puede ser una causa de la hipoacusia, es decir, de la pérdida de audición. De hecho, todos los ruidos por encima de 90 decibelios (dB) pueden ser perjudiciales para el oído. Así pues, tanto los ruidos constantes (una moto, una ambulancia, construcción, discotecas, conciertos, etc.) como los ruidos puntuales (un petardo o un disparo) pueden ser dañinos.
Por este motivo, cuando se trabaja en lugares ruidosos o se prevé una contaminación acústica elevada, se aconseja prevenir la hipoacusia protegiéndose del ruido con tapones o cascos de protección acústica.
Perjuicios de los auriculares
Si tienen un volumen elevado o, durante mucho tiempo, los auriculares también pueden perjudicar al oído, así que el daño causado no solo depende del volumen, sino también del tiempo de exposición.
También hay que tener en cuenta que el ruido de los auriculares afecta al oído interno, es decir, el daño que produce es irrecuperable, y que los auriculares que van dentro del conducto auditivo externo son más perjudiciales que los que se colocan en el pabellón auricular (parte externa del oído).
Un consejo para saber si el volumen de los auriculares es demasiado alto es comprobar si la música se oye desde el exterior, que significará que está demasiado alto.
Síntomas de la pérdida de audición
En cuanto a los síntomas de la hipoacusia, hay que dividir los pacientes por edad:
- Niños: la hipoacusia afecta en el desarrollo intelectual, social, escolar y del lenguaje. Ante la duda, hay que hacer una exploración lo antes posible para asegurar y tomar las medidas que hagan falta.
- Adultos: pueden ser síntomas de la hipoacusia no entender una conversación o subir el volumen de la televisión.
Tanto en un caso como en el otro, hay que acudir a un especialista en Otorrinolaringología para tratar el problema médica o quirúrgicamente o, si el daño es irreparable, recurrir a las prótesis acústicas o implantes, que actualmente ofrecen muy buenos resultados si se indican y programan correctamente.